Concierto
en el teatro Isidoro Máiquez, CajaGranada, en 2012. Bloque de vídeo grabado y emitido con
autorización de prensa para Indyrock Magazine. Vídeo realización: J. E. Gómez
Bloque de vídeo grabado y emitido con autorización de prensa para el
programa de televisión Evasión-IndyRock (Diario IDEAL, grupo Vocento) e Indyrock Magazine.
Vídeo realización: J. E. Gómez
José
Ignacio Lapido invita a Miguel Ríos a participar en su concierto en el Teatro isidoro
Máiquez de Granada en 2010. Temas: 'En el ángulo muerto' y 'La hora de los lamentos'.
Bloque de vídeo grabado y emitido con autorización de prensa para el programa de
televisión Evasión-IndyRock (Diario IDEAL, grupo Vocento) e Indyrock Magazine. Vídeo
realización: J. E. Gómez
Lapido en el festival de Intermon Oxfan en favor de Nicaragua. Maracena,
mayo de 2006. Tema: 'Escrito en la ley'. Bloque de vídeo grabado y emitido con
autorización de prensa para el programa de televisión Evasión-IndyRock (Diario IDEAL,
grupo Vocento) e Indyrock Magazine. Vídeo realización: J. E. Gómez
Lapido interpreta, junto a Víctor Sánchez, el tema 'Rincones secretos' en
acústico, en exclusiva para el programa de televisión Evasión (Diario IDEAL) e IndyRock
Magazine. Una grabación exclusiva con dirección y montaje de J, E. Gómez
Lapido
en el festival en favor de Intermon Oxfan. Maracena, mayo de 2006. Temas: Bellas mentiras
y Nadie besa al perdedor. Bloque de vídeo grabado y emitido con autorización de prensa
para el programa de televisión Evasión-IndyRock (Diario IDEAL, grupo Vocento) e Indyrock
Magazine. Vídeo realización: J. E. Gómez
Lapido en el concierto Oxfam en favor de Nicaragüa, Mayo de 2008.
Maracena, Granada. Bloque emitido en el programa de televisión Evasión e IndyRock
Magazine. Imágenes: J. E. Gómez
José Ignacio Lapido, imágenes del concierto en el Palacio de Deportes de
Granada en el año 2005. Bloque de vídeo grabado y emitido con autorización de prensa para
el programa de televisión Evasión-IndyRock (Diario IDEAL, grupo Vocento) e Indyrock
Magazine. Imágenes: Jacinto Ríos; Dirección y montaje: J. E. Gómez
José Ignacio Lapido en el festival del Zaidín, Granada, septiembre 2005.
Bloque de vídeo grabado y emitido con autorización de prensa para el programa de
televisión Evasión-IndyRock (Diario IDEAL, grupo Vocento) e Indyrock Magazine. Vídeo
realización: J. E. Gómez
Imágenes del concierto de José Ignacio Lapido en el homenaje a Joe
Strummer en el Sacromonte, Granada el 20 de agosto de 2003. Imágenes grabadas para el
programa de televisión Evasión-IndyRock (diario IDEAL) e IndyRock Magazine. Vídeo: J. E.
Gómez
Tema del concierto que ofreció José Ignacio Lapido (091) en el
aniversario del Ruido Rosa en 2003. . Imágenes grabadas y emitidas en el programa de
televisión Evasión-IndyRock (diario IDEAL) e IndyRock Magazine. Vídeo: J. E. Gómez
2005
ENTREVISTA
"La rabia y el escepticismo han estado siempre en mis canciones"
Entrevista con José Ignacio Lapido
Por J. E. Gómez / IndyRock
Octubre 2005 José Ignacio Lapido llega a su tercer álbum en solitario, ¿Creías que sería posible llegar a
tres discos tras la disolución de 091?
Cuando 091 nos separamos, no sólo me parecía imposible llegar a tres discos, sino el mismo hecho
de grabar uno solo sin mis compañeros. En aquel momento estaba muy confuso. Fueron 14 años
juntos y de pronto empezar de cero. es como si te dejan en mitad del desierto con una
cantimplora medio vacía. En cualquier caso hice esa travesía del desierto y grabé mi primer
disco y desde entonces no he parado. El hacer éste ha sido una tanto más laborioso ya que a mis
habituales labores de cantante, guitarrista, compositor y productor se ha unido la de editor. El
hecho de sacarlo con mi propio sello ha consumido gran parte de mis energías.
"En otro tiempo, en otro lugar", parece abundar en sentimientos con una cierta rabia... ¿es
cierto?
La rabia es un sentimiento muy aprovechable literariamente hablando. Humanamente también, no hay
por qué estar todo el día sonriendo. Hay cosas en la vida que si no te provocan furia o desazón
es porque algo falla. Tanto la rabia, como el escepticismo siempre han estado en mis canciones y
en mi vida. Tomo café con ellas todas las mañanas.
-¿Compartes la idea de que se han incrementado los detalles, los arreglos, incluso el
virtuosismo?
Bueno, virtuosismo no es una palabra que me guste demasiado. Yo soy muy imperfecto como músico e
intento huir a toda costa de la exhibición gratuita de "maestría" instrumental. Prefiero
centrarme en la canción. En cualquier caso, en este disco hemos trabajado mucho los arreglos. La
banda que me acompaña (Víctor Sánchez, Antonio Lomas, Sergio Martín y Raúl Bernal) han hecho un
gran trabajo. También ha colaborado Quini Almendros tocando una estupenda steel guitar en
"Cuando la noche golpea el corazón". Intento que los arreglos no se coman la canción, pero que
tampoco vaya por ahí desnuda la pobre, pero eso sí: hay que vestirla con la ropa adecuada.
-Algunos quizá echen de menos una evolución hacia otros caminos del rock, ¿mantienes la idea
de que hay que hacer lo uno siente sin dejarse llevar por modas o tendencias?
Nunca he sido un músico de bandazos estilísticos. Desde que empecé en esto, hace ya un montón de
años, he visto cómo se han ido sucediendo las modas en la música pop. Te aseguro que no hay nada
más patético que la tendencia que tienen algunos a acomodarse al "sonido del momento". Yo,
tal vez, sea demasiado inmovilista, aunque no lo creo. Si tú pones un disco de los Cero y uno
mío verás que no se parecen en mucho. Y si pones mi primer disco y éste último te darás cuanta
de que hay una evolución, sutil, pero evolución al fin y al cabo. Lo que no puedo hacer es
engañarme a mí mismo. La música que me gusta es la que es y no otra.
-¿Cuál es tu definición de "En otro tiempo, en otro lugar", y por qué ese título?
Es el resultado de tres años de trabajo. Doce canciones seleccionadas de entre otras muchas. La
teoría de Darwin aplicada al rock'n'roll. Las que han sobrevivido a la quema. El título hace
referencia a la reencarnación, en la que, por supuesto, no creo.
-Me impacta especialmente la canción "Rincones Secretos", muestra un Lapido mucho más hecho.
¿Te sientes más maduro, no en edad, sino en creación musical?
Sí, sí, en edad también. No lo vamos a ocultar: Ya no soy ningún veinteañero, qué se le va a
hacer. Musicalmente uno no para de madurar. Siempre se aprenden cosas y, lo más importante, uno
se da cuenta de sus errores. "Rincones secretos es una "metacanción". O sea una canción que
habla de canciones. Del dolor espiritual que puede causar la creación. Componer una canción,
aunque al final sea algo gozoso, tiene ciertamente algo de agonía, de lucha.
-Mantienes la banda de siempre, con los incombustibles, Víctor Sánchez y Antonio Lomas.
¿Sería posible el sonido Lapido sin ellos?
Bueno, desde que empecé mi carrera en solitario he tocado con músicos diferentes: mi hermano
Víctor, Jesús Torres, Alex Bedmar, Popi González, el desgraciadamente fallecido Carlos García,
Once Vargas... a todos ellos les estoy infinitamente agradecido por haber puesto su talento al
servicio de mis canciones. Lo cierto es que desde hace tres años, mi banda está más estabilizada
y eso se tiene que notar a la fuerza. Ahora, para la grabación de este disco ha habido una nueva
incorporación, se trata de Raúl Bernal que toca piano y órgano.
-Se que se ha cuidado especialmente la grabación, con Carlos Díaz como técnico ¿Estás más
satisfecho que con otros trabajos?
He intentado cuidar, en la medida de mis posibilidades, todas las grabaciones que he hecho.
Siempre he grabado en el mismo estudio, Producciones Peligrosas. Unas veces ha ejercido como
ingeniero JASS (en Ladridos del perro mágico y Música Celestial) y otras su hermano Pablo
Sánchez (en Luz de Ciudades en llamas). Ahora, en este disco, el control de los aparatos ha
estado a cargo de Carlos, y ha sido una gran ayuda para que esto tuviera un buen fin. Lo que
caracteriza a los técnicos de Producciones Peligrosas es que todos, además de expertos en
sonido, son músicos y eso ayuda mucho a la hora de entendernos: hablamos el mismo lenguaje.
-¿Sigue dando un cierto miedo el escenario, a pesar de los muchos años sobre las tablas?
Siempre da miedo, pero intento guardar la compostura.
-¿Qué tal la experiencia de compaginar escribir guiones, con artículos periodísticos y, a la
vez, componer... no debe ser fácil multiplicarse?
No, ciertamente no. Son actividades completamente distintas y tienes que cambiar radicalmente de
registro entre una y otra, Pero tienen algo en común, todas ellas están expuestas a un
escrutinio público, lo quieras o no siempre te da la sensación de estar haciendo el triple salto
mortal sin red.
-¿De qué forma recuerdas a Los Cero? ¿Qué sensación percibes cuando participas en un festival
en el que también hay otros miembros de 091 en el escenario, aunque en bandas diferentes?
Los Cero son algo que formará siempre parte de mí. 14 años juntos que fueron una
bendición. Hubo cosas malas, pero con lo años sólo te acuerdas de las buenas. El compartir
escenario con José Antonio o con mi hermano Víctor, que ahora toca con Lagartija, puede tener su
morbo para el público pero no para mí. Nos llevamos perfectamente y lo vemos de una forma muy
natural.
Lapido: ¡Monstruo!
Sala Industrial Copera - 2 de diciembre 2005
Por Juan Enrique Gómez / IndyRock
Ha demostrado que su apelativo de "maestro" sigue vivo y con más vigencia que nunca. José
Ignacio Lapido, ha llegado, a juzgar por los gritos de "¡Monstruo!" de sus seguidores, a un
estadío superior, directamente integrado en el Olimpo de la creación. Y la realidad es que
llevan razón, José Ignacio demostró, en su concierto de la Industrial Copera, en su tierra, que
está en su mejor momento, que en estos casi diez años desde la separación de 091, ha logrado
madurar un concepto y llevarlo a cotas que saltan el listón del mejor rock and roll de todos los
tiempos. Para muchos, incluidos algunos ex miembros de Los Cero, «ha estado enorme, mejor que
nunca». Lapido ha logrado una evolución perfecta. Sus composiciones se han hecho aún más
personales, introvertidas, rabiosas, cargadas de matices. Rock sin miedo, sin inhibiciones ni
complejos, a pesar de que no corren buenos tiempos para la música de siempre.
Lapido hacía en la sala Industrial Copera, ante sus seguidores y el "todo" musical de la ciudad
de la Alhambra, un repaso casi completo de su último disco, publicado en el mes de octubre, "En
otro tiempo, en otro lugar", un recorrido que seguía casi al pie de la letra (al menos en los
tres primeros temas), el orden del álbum, simplemente porque está perfectamente concebido,
enlazado como un concepto personal. Temas como "Bellas mentiras", "De espaldas a la realidad",
mostraban a un perfecto comunicador de sensaciones, de vivencias y un creador de himnos, de
mensajes coreados al viento, como en "Escrito en la ley" y "La antesala del dolor". Lapido se
sentía bien ante un público entregado, tanto como para que dijese que estaba en la mejor ciudad,
en su ciudad. No dejó pasar algunos de los viejos temas de 091, son sus canciones, sus raices y
la esencia desde la que ha partido para convertirse en el poeta del rock que hoy impacta a todo
aquel que se acerca a sus canciones.
El concierto de Granada tenía una importante ausencia, el batería de siempre, Antonio Lomas, ha
abandonado la formación. En su lugar, una presencia de lujo, Popi González (Manía Estereo y four
of Us) que a partir de ahora pasa a formar parte de la banda de Lapido. También era el último
concierto con José Ignacio de Sergio Martín, que también abandona la formación. Se mantiene el
imprescindible Víctor Sánchez, la segunda guitarra en una banda que forma un todo en uno con
José Ignacio, con la cada vez más marcada presencia de los teclados de Raúl Bernal.
LAPIDO, LA INTENSIDAD DEL ROCK
Por J. E. Gómez / IndyRock
Junio 2005 / en el estudio de grabación
José Ignacio Lapido vuelve. Considerado como uno de los grandes compositores de los últimos
tiempos, el que fuese guitarrista y alma mater de 091 está inmerso en la grabación de un tercer
álbum en solitario. Durante el mes de junio ha estado encerrado en los estudios de Producciones
Peligrosas, en Granada, para grabar las canciones a las que ha ido dando forma desde hace dos
años. Prepara un disco que verá la luz, posiblemente, en el mes de octubre. "Serán canciones
que mantienen el estilo de siempre, con intensidad, con las letras que me gustan", dice
José Ignacio, que está convencido de que la evolución de un creador ha de caminar por lo que le
gusta hacer, "y a estas alturas de curso no está uno para muchos cambios". El disco aún
no tiene título, "como nos ocurre siempre, el título sale al final del trabajo". Incluso
algunas canciones van cambiando cada vez que las tocan en el estudio de grabación. "Los
temas tienen vida propia y cuando comienzas a ponerle instrumentación, arreglos... la canción
puede cambiar... a veces para mejor, a veces para peor, y otras directamente las eliminas".
Para este trabajo Lapido se ha rodeado de su banda de siempre, con Víctor Sánchez, en guitarra y
voces, Antonio Lomas en la batería, Sergio como bajista, y esta vez incorporan teclados, un
instrumento poco habitual en las composiciones de José Ignacio Lapido.
Lapido ha adelantado ya algunas pinceladas de nuevos temas. Lo hacía en el concierto que ofreció
el 23 de junio en el Palacio de Deportes de Granada, como invitado de Amaral. También mostraba
en acústico uno de los temas, "Rincones Secretos" en el programa Evasión, de la emisora
Teleideal en Granada. Todo su nuevo trabajo está cargado de intensidad, guitarras potentes,
cadencias de rifs con el inconfundible estilo de este músico considerado como "el maestro". Las
letras mantienen el cinismo y una gran carga emocional.
Lapido espera ofrecer una serie de conciertos en el verano e iniciará una gira en otoño,
coincidente con la salida de su nuevo álbum.
CD- marzo 2002 - Big Bang
Marzo 2002 - Un nuevo trabajo de Lapido. Un LP en el que se adentra aún más en su particular
concepto del rock. Guitarras sin miedo. Letras que han dejado atrás las sensaciones negativas y
oscuras para buscar un sonido más brillante, limpio y elaborado. José Ignacio evoluciona en sí
mismo, hacia delante. Nuevos conceptos incluso en su imagen pública (las nuevas fotos de promo)
El álbum estará en la calle a final del mes de marzo.
No sé por donde empezar
Sala Principe - Granada 25-04-02
Por Luis Serrano Donaire - IndyRock
Lapido tiene por costumbre no comentar nada acerca del significado de sus magníficas letras,
prefiere mantener el 'lado oscuro de las cosas' y que cada uno encuentre su significado
particular. Muy de vez en cuando, nos da pequeñas pistas de lo que intenta decir. Ayer fue uno
de esos días y aún estoy sorprendido. Según sus propias palabra, la canción que abre su nuevo
trabajo, y que he tomado como título de esta crónica, habla de un animal que se convierte en
hombre y que es él mismo, la versión opuesta a la metamorfosis kafkiana, en este caso, la
metamorfosis lapidiana.
La Sala Príncipe era esta vez el lugar escogido para la presentación en Granada del nuevo disco
de Lapido -'Música Celestial'- y una vez más, y van muchas, volvió a ser profeta en su tierra.
José Ignacio salió a escena flanqueado por Antonio Lomas, Alex Bedmar y Víctor Sánchez, la banda
que le está acompañando en esta gira y que tan buen resultado está dando.
El concierto cumplió el guión previsto y comenzó con la batería marcando el compás de 'Piedras y
palos', una canción con un ritmo muy marcado y unas guitarras intensas, una canción perfecta
para romper el hielo. Tras ella sonaron 'Nadie vendrá' , la magistral 'Nadie besa al perdedor' y
'Manzanas azules' canciones rápidas que hicieron que el público entrase en calor y nos mostraron
a un José Ignacio muy suelto encima del escenario, mucho más seguro que cuando debutó en
solitario en los escenarios, hace ahora tres años.
La banda no dio tregua en ningún momento a los asistentes y comenzó una fase del concierto
marcada por la presentación de las canciones que componen sus nuevos trabajos. En esta fase
pudimos oír canciones como 'Noticias del infierno', 'Humo' o 'Más de lo mismo'.
La canción del espantapájaros
Hace ya algunos años Barricada tocaba en directo 'Frío' de Alarma, lo que sorprendía al público
que acudía a sus conciertos. En una entrevista les preguntaban sobre dicha versión y ellos
comentaban que una buena canción siempre lo será, aunque se toque con una sola cuerda.
'La canción del espantapájaros' es sin duda alguna la canción que más ha mutado de la factoría
Lapido y siempre ha salido airosa. Todos recordamos la versión original, pero nunca podremos
olvidar la versión acústica del 'Último concierto'. Bastantes años después y en versión
eléctrica, la canción se convierte en un auténtico himno. Cuando se oye aquello de "siempre me
visteis..." la gente comienza a cantar al unísono y se vive uno de los momentos álgidos del
concierto.
Todo lo que vino después
Para acabar la primera parte del concierto el Maestro volvió a sacar de su chistera un par de
canciones que dejaran a sus alumnos exhaustos. El binomio lo compusieron 'El dios de la luz
eléctrica' y '¿Qué fue del siglo XX?', una combinación simplemente demoledora y que dejó al
público entregado y pidiendo que el grupo volviera al escenario.
Para el primer bis tiró del repertorio de su primer disco en solitario para ofrecernos 'Ladridos
del perro mágico', 'Sigo esperando' y 'Furioso con el mundo'. El segundo bis lo comenzó con la
versión eléctrica de 'Nubes en forma de pistola' y continuó con la frenética 'Roto'. 'En el
laberinto' fue el fin del concierto, una canción que no formaba parte del repertorio de los
'cero' en sus últimos años y que uno al escucharla no puede entender el porqué, un gran acierto
como colofón.
Si al comienzo de esta crónica, tenía el problema de que no sabía por donde empezar, ahora tengo
el opuesto, no sé cómo terminar. Después de este concierto, sólo consigo hacer pregunta una de
las canciones de ayer: ¿cómo acaban los sueños?
Cruce de caminos
José Ignacio LAPIDO - gira 2002 - Jaén 22-03-02
Por Luis Serrano Donaire - IndyRock
"Permaneciendo en el cruce de caminos, nena, el sol está poniéndose
Creo en mi alma ahora...." (R. Jonson, 'Crossroads')
Cuenta la leyenda que el bluesman Robert Johnson hizo un pacto con el diablo en un cruce de
caminos a cambio de su talento con la guitarra, creencia en gran parte debida a su final trágico
en circunstancias poco esclarecidas. Muchos años después Lapido parece empeñado en convertirse
en un bluesman del sur -aunque obviamente no de EEUU- y no sé si habiendo vendido su alma, a
cambio de poder seguir ofreciéndonos algo tan fácil y tan difícil como sus canciones después de
tantos años en la carretera.
La nueva gira comenzó en el pub "Bundesbar" de Jaén con una formación acompañará compuesta por
Víctor Sánchez a la guitarra, Alex Bedmar continúa en el bajo y Antonio Lomas en la batería. Las
guitarras se han reducido a dos y el sonido que ofrecieron fue más básico que el de tres
guitarras de la anterior gira, pero posiblemente más apropiado al nuevo repertorio del
'Maestro'.
Con puntualidad inglesa comenzó a sonar 'Piedras y palos', un inicio más lento que el que nos
tenía acostumbrados con los cero y en los primeros conciertos en solitario con 'Dios de la luz
eléctrica'- hasta que la sustituyó por 'Dudas razonables'-. A partir de entonces comenzó a
desgranar temas de su EP 'Luz de ciudades en llamas' y de su nuevo CD 'Música Celestial'.
El público congregado estaba expectante con el nuevo repertorio, ya que el disco había
visto la luz el mismo día del concierto. Tras esa primera escucha en directo del nuevo
material parece que Lapido sigue dispuesto a seguir el camino de los medios tiempos con toques
blues y matices sesentones y setentones, que mezcladas con las plegarias escanciadas que son sus
letras, dan lugar a esas 'canciones de cuna y de rabia' que son la especialidad de la casa.
Junto a los nuevos temas como 'Nadie besa al perdedor', 'No sé por donde empezar', 'Manzanas
Azules' o el single 'Más de lo mismo', intercaló algunas versiones de sus clásicos como
'Espejismo nº8' -que sonó más eléctrica que nunca-, 'Como acaban los sueños' o 'La Canción del
Espantapájaros' que hubo de repetir por los problemas técnicos que tuvo.
Y en esto llegó la policía
Estaba el público entregado coreando uno de los grandes himnos de 091, '¿Qué fue del siglo XX?',
cuando Juanma Ferriz y sus chicos comenzaron a hacerle claros gestos de que el concierto debía
terminar. La policía había llegado como en el viejo Chicago, pero esta vez no había
destilerías ilegales ni Ku Kux Klan, simplemente a los vecinos les molestaba el ruido.
Con este final anticipado, nos quedamos sin poder oír algunas de sus canciones como
'Hablando en sueños' o 'Ladridos del perro mágico' que esperamos escuchar en el próximo cruce de
caminos....
Texto: Luis Miguel Albarracín
Fotos: Antonio Rodríguez-Kodro
Lugar: Sala Faktorya, Murcia
Fecha/ Hora: Viernes, 21 de noviembre, medianoche.
Con un retraso de una hora sobre la estimada en un principio (las once), la
medianoche comenzó a dibujar unas nubes con forma de pistola cargadas de puro rock and roll. El
lugar, una sala muy coqueta e intimista, dio rienda suelta a un Jose Ignacio en estado de
gracia, respaldado en todo momento por una auténtica banda que sonó compacta y perfectamente
engrasada para la ocasión. Antonio Lomas, fijo en las formaciones, se situó en la batería;
Sergio Martín al bajo (¿alguien lo vio moverse, no sería una figura de cartón-piedra para
ahorrarse sus honorarios?; y la incombustible máquina de dar saltos y poner poses de locura
sobre el escenario, el guitarra Víctor Sánchez. No quiero ni imaginarme cómo se portaría en el
colegio. Lapido no se quedó atrás. Ofreció varias posturitas de divo. Se encontraba en su salsa.
Había noche y ganas, muchas ganas.
Todo lo contrario ocurrió con la comprensión de las letras de Jose Ignacio cuando
cantaba. Algunos de los asistentes al concierto que se iniciaban en la poesía del granadino no
entendieron nada de lo que intentaba comunicar. Me consta que no es la primera vez que sucede.
Necesita mejorar.
El grueso de la actuación fue completándose con canciones de sus tres trabajos en
solitario: "Ladridos del perro mágico", (1999), el EP "Luz de ciudades en llamas" (2001), y
"Música celestial" (2002). No podían faltar canciones como "Roto", "Alguien vendrá", "Nadie besa
al perdedor", "Demasiado tarde" o "Noticias del infierno", dando un repaso a una carrera que se
sigue consolidando en cada concierto, en cada movimiento de muñeca deslizándose por la Gibson SG
que ha pateado durante tantos años los ambientes poéticos y eléctricos de cuanta ciudad ha
necesitado de aullidos de lobo herido con ganas de no darse por vencido, incluso después del
cese de la música. Una hora sin descanso para alimentar el alma de todos los que fueron a la
Sala Faktorya en busca de su ración de preguntas sin respuesta y dudas aun por resolver. No hubo
tregua. La mayoría de las canciones invitaban a saltar y cantar las letras siguiendo el ritmo
sin pensar en nada más. De vez en cuando un tema de medios tiempos, sólo protocolo, claro. En la
entrada los organizadores de la velada lo habían escrito claro: "Las guitarras afinadas ya se
encuentran afiladas: pasen y vean".
También hubo tiempo para mirar por el retrovisor algunas de las buenas y clásicas
canciones de 091. No faltaron a su cita con la huerta de Europa "Como acaban los sueños", "Qué
fue del siglo XX" o "Esta noche". Una gran parte del público ha crecido con los discos de la
banda granadina, y con la continuación de Jose Ignacio en el mundo de la música tras la
separación del grupo en 1996, es lógico que algunos temas vuelvan cada noche a la palestra, no
sólo para recordar, sino también para reciclar y hacer presente muchas composiciones que siguen
vigentes. "En el laberinto", sin ir más lejos.
Con un público divirtiéndose de lo lindo llegó el primer bis, tres canciones que
dejaron con ganas de más. Volvieron a salir para tocar un par de temas de regalo ("Esta noche" y
"Sigo esperando". ¿Un poco más? Un poco más. Una última canción que invitaba a otra, y a otra...
pero la música paró, el maestro cuidaba de nuestra salud. Después de un tiempo sin verlo actuar,
no quería que se produjera una mala digestión en las sirenas y plebeyos. Diagnosticó hora y
media. Suficiente. "Estoy encantado de estar en Murcia". Sonó a revuelta a la huerta. Y teniendo
en cuenta que presentó un tema nuevo ("De espaldas a la realidad"), seguiremos con la ilusión de
encontrar algún día al Dios de la luz eléctrica, o soñaremos con tomarnos unas cervezas junto a
Sísifo en el Cielo mientras escuchamos música celestial entre el humo de los cigarrillos. Y si
alguien a la mañana siguiente se levanta con el estómago fastidiado, manzanas azules. Por la
tarde nos veremos de nuevo en el carrusel abandonado. Que así sea.
Una vez más quedó patente el respeto y la admiración que en Granada se tiene a José Ignacio
García Lapido. Un foro de gente muy joven tarareando sus canciones demostraba que no sólo los
incondicionales estaban presentes. Con su disco Ladridos del perro mágico deleitó a los
presentes y con canciones como Espejismo nº8, Nubes con forma de pistola, El laberinto...
conquistó al público que se dejó seducir por una mezcla de homenaje a 091, concesión a la
nostalgia, y reverencia al alma poeta que sigue creando para nosotros, que puede hacer sentir
que cualquier día es El día de los milagros y hacernos creer que Sigue estando Dios de nuestro
lado. Lapido dejó de estar a la sombra de 091 para recordarnos que la sombra que 091 dejó es la
suya propia. El concierto empezó con puntualidad española, a las 22:30h pero para que no se diga
que no estamos a la altura del más puro estilo europeo, José Ignacio pidió disculpas por el
retraso y lo hizo, con la terquedad de palabras a la que nos tiene acostumbrados y así, no quedó
duda de que era él. Nos dio dos horas de concierto que parecieron insuficientes y "el profeta en
su tierra" tuvo que ofrecer dos bises antes de que su público aceptara la despedida. Es emotivo
ver que en Granada se aprecia la buena música independientemente de su origen, lo que queda
demostrado con la afluencia o ausencia de gente a los conciertos de determinados grupos. No
necesita la gente de esta ciudad de que a sus artistas los reconozcan a gran escala, aquí al que
vale se le distingue, de la mejor manera que se puede distinguir a un músico, que es cantando
sus canciones. Sólo una cosa más que decir, ¿alguien conoce a muchos grupos de rock que combinen
mejor tres guitarras (Gibson para más señas)? Sinceramente, se me hace difícil pensar en uno
sólo en todo el panorama musical.
No creo que en España haya un directo como este...
por Juan de la Cruz
Tras mi visita a esa tierra andaluza, me toca contaros lo que pude ver en el concierto de la
copera. Creo que no hay palabras y que ya lo dejó bien claro D. Manrique en su crónica del
concierto en caracol de junio: las canciones pasan ante el espectador con una contudencia
asombrosa.(Mas o menos era asi).
El concierto comenzó como es habitual con una media hora de retraso, pasadas ya las 10:30, cosa
que agradezco porque no fui muy puntual. Ahora se empieza con Dudas Razonables, solo la batería
con el ritmo repetitivo, y luego salen los músicos para conectar las guitarras y....
Dudas razonabbles, sigo esperando, furioso con el mundo y un descansito. En este momento creo
que pidió perdón por el retraso y lo justificó diciendo que tal vez algunos se hubieran perdido
el príncipio. A continuación llegó Hablando en sueños y Me voy, para luego presentar de una
forma especial Cuando vuelvan las palabras del exilio. No recuerdo muy bien lo que dijo, quizá
Juanma nos lo pueda decir.
Así hasta llegar a Ladridos... donde al presentarla dijo lo que siempre dice en todos los
conciertos (palabras del propio José Ignacio). Y entonces llegó lo máximo: Espantapájaros, Dios
de nuestro lado, el Dios de la luz eléctrica, espejismo, roto y nadie sabe...
Y si esto fuera poco en la primera parte de los bises nos deleitó con "Nubes con.." y "otros
como yo", para mi fue el mejor momento del concierto.
AL salir en la segunda parte de los bises, ante la insistencia del público, dijo algo así como
que harían un par de temas más para terminar y que esto era algo "inevitable". Sin pies ni
cabeza y el laberinto. Yo por lo que pude oir creo que la gente se fue satisfecha del
concierto.
Se le vió con muchas ganas, tanto a J.I como a los demás músicos, y las miradas entre ellos no
hacía sino hacernos ver que se lo estaban pasando tan bien o mejor que nosotros.
Por cierto, he leído lo de indyrock, y dicen que se tocó "En algún lugar...", yo creó que no.
Anecdota: en los primeros temas del concierto en la parte media de una canción donde J.I no
canta para hacer el solo de guitarra, apareció el típico humo blanco que sale del suelo del
escenario. Fue digna de fotografiar, la forma con que miró J.I a los encargados del dichoso
humo, moviendo ligeramente la cabeza de forma negativa. No hubo más humo en todo el concierto.
Yo también me apunto a lo del single con cara B la versión de "Nubes con forma de pistola" en
directo.
Me quede muy contento al término del concierto...Se acabó una época (los cero), pero empieza
otra que promete bastante.
No creo que en España haya un directo como este... Pero ya se sabe, no se hizo la miel para la
boca del cerdo.
La Zubia , Granada, día 12 de mayo
por Luis Serrano
José Ignacio Lapido volvió a actuar en Granada, concretamente en La Zubia el pasado día 12. Se
nos presentó disfrazado con su traje del pobre Sísifo -siempre "entre la cumbre y el abismo"-.
Demostró que tal disfraz no es más que el papel de regalo en el que envuelve los momentos
agridulces de su vida, y que en esa canción nos muestra esa montaña rusa emocional que ha sido
su vida profesional, con continuas subidas y bajadas. Pasó de la cumbre del pasado Festival del
Zaidín en el que se congregaron miles de personas, al abismo de un concierto en el que no
estábamos ni cien personas. La explicación está clara, a pesar de contar con un buen cartel no
se dio publicidad de ningún tipo al concierto. No sé de quien fue la culpa, pero parece un poco
absurdo pagar el caché de unos artistas con tirón para dar un concierto gratuito y luego no
difundirlo.
El concierto se celebró en una caseta del ferial- con la consiguiente banda sonora de tómbolas,
casetas y columpios para amenizar los descansos entre las canciones- que tenía colgados carteles
de los 40 Principales. Para todo aquel que conozca un poco la historia de este hombre, resultará
cuando menos anecdótico que fuera esta emisora la patrocinadora -quizás podamos volver a
disfrutar de él el próximo verano en el concierto de El Gran Musical-. El sonido no estuvo a la
altura de las circunstancias desde el primer momento hasta el final, con unos coros de Víctor
que sonaban más que la voz de su hermano y pitidos en muchos momentos.
Lapido y su banda, curtidos en mil batallas, salieron dispuestos a campear el temporal y cumplir
con los allí congregados. Para comenzar decidió echar mano de sus "Dudas Razonables" (como había
hecho hace unos meses en La Copera) y "Sigo Esperando". Poco a poco, la banda fue desgranando
los temas que componen el disco, un disco lleno de sentidos medios tiempos que tampoco hacían
que los pocos que allí estábamos, no entrásemos en calor. Como en todos los conciertos de esta
gira, la gente conectó al sonar la nueva versión eléctrica de "La canción del espantapájaros",
un valor seguro que resiste al tiempo y a las versiones.
Con la letra de "Ladridos del perro mágico", que hasta Juan Alberto de Niños Mutantes tarareó,
se encargó de recordarnos que todo sigue igual aunque pasen los años. Allí estaban de nuevo casi
todos los "cero" -solo faltó el ahora guionista Tacho-, aunque esta vez sólo dos estaban encima
del escenario y a José Antonio le causara bastante risa ver a su antiguo camarada poniendo voz a
canciones que durante muchos años les puso él.
Terminó el concierto con una versión de "Otros como yo". Esta vez el tren que esperaba no iba
lleno de otros como él, aunque si fueron "insodables los caminos del Señor" y a muy pocos nos
condujeron a un concierto lleno de recuerdos y contrastes a pesar de los organizadores.
Crónica Sevilla
Por Miguel MAG (Indyrock)
El guitarrista y compositor del, para muchos, mejor grupo de rock español de todos los
tiempos, 091, presentó el pasado viernes 14 de mayo en la sala de conciertos sevillana
Salamandra su primer trabajo en solitario "Ladridos del perro mágico" editado por la
independiente granadina Big Bang. Flotaba en el ambiente un aire de rara expectación por conocer
"todo lo que vendrá después" de los irrepetibles cero y como iba a funcionar Lapido en directo
en su nuevo rol de "front-man" del grupo. También existía una cierta inquietud por saber como
defendería en directo un disco lleno de grandes canciones, pero en el que abundan los medios
tiempos, tan desagradecidos en actuaciones en vivo. La actuación dio comienzo con tres de las
canciones más contundentes del disco, "el dios de la luz eléctrica", "sigo esperando" y "roto"
para intentar calentar un ambiente bastante frío. Un público bastante aséptico y la consiguiente
cara de circunstancias entre los miembros de la banda hacían presagiar lo peor. Un nervioso y
poco cómodo José Ignacio en su nueva posición en el escenario debía estar preguntándose por qué
había elegido Sevilla para uno de sus primeros conciertos en solitario.
Pero poco a poco esto fue cambiando, la gente empezó a responder a los nuevos temas de Lapido y
la banda se fue animando y así se llegó a la rítmica y sorprendente "mi nombre es Sísifo"que dio
paso a lo que el público estaba esperando ansiosamente desde el principio: una referencia a los
cero. Lapido, bien secundado por su hermano y también ex-091, Víctor (guitarra) y por los
miembros de Christiania Alex Bedmar (bajo) y Jesús Torres (guitarra), atacó unos acordes
eléctricos y entrecortados para reinventar uno de los mayores clásicos de 091, "la canción del
espantapájaros" en una versión llena de fuerza. Esto era lo que el público había estado
esperando para encenderse definitivamente. Tras esto volvió a sorprender con otro tema, este
semidesconocido, de 091 "espejismo nº8" (cara B de single) con una nueva metamorfosis
acústico-electrico de su propia canción."Nadie sabe" cerró el concierto, pero el público había
vuelto a saborear al más genuino José Ignacio Lapido y no estaba dispuesto a irse para casa sin
probar un poco más...
Lapido fue requerido insistentemente hasta que volvió al escenario para interpretar la mejor
canción de la noche, una fantástica y electrizante versión de la anteriormente acústica "nubes
con forma de pistola" que encendió los ánimos de toda la sala y concluyó el bis con un nuevo
"remake" de otro tema de los cero "sigue estando dios de nuestro lado". Un satisfecho Lapido se
despedía con una cara ( él y los suyos ) muy diferente a la del comienzo del concierto. El
público emocionado volvió a reclamarlo y él volvió a las tablas: "Muchas gracias, me abrumais",
para esta vez sí, concluir el recital con el tema de su último disco "sin pies ni cabeza".
Fantástico concierto. Tenemos Lapido para rato.
.Crónica Madrid
Por Rosa Isabel
El concierto me encantó, además, caracol es una de mis salas preferidas, porque es muy fácil
ponerte delante del todo, y tienes a los grupos a muy pocos metros, con lo que vives el
concierto de verdad. Los músicos lo hicieron realmente bien. Iba con mi marido, que no era nada
fan de 091 ni de J.I. Lapido, pero sí de la buena música, y salió con una opinión muy mejorada
de ellos/él. Después de todo el rock siempre es el rock, y ellos demostraron que sabían hacerlo.
El público, un poco como en Sevilla, estaba pelín frío, hasta que J.I. nos regaló la primera de
091, la canción del espantapájaros, y ya se animó la gente. Luego la cosa se fue calentando,
hasta llegar a pedirle 2 bises (incluso 3, pero ya no coló) lo que puso muy contento a J.I. Él.
Bueno, pues qué te voy a decir, a mí me gustó mucho, creo que lo hizo muy bien, se entregó;
aunque reconozco que en los temas de 091, eché de menos la voz del Pitos. Qué le vamos a hacer,
creo que es inevitable echar de menos a lo que una está acostumbrada... Pero vamos, que se me
pasó volando el concierto, disfruté mucho con él, y sobre todo salí muy satisfecha y deseando
volver a escucharle.
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