Lasers, Nanook, The Sunday Drivers.
13 de mayo de 2010 Sala Apolo, Barcelona
Concurso Levi’s Unfamous Awards
Unos empiezan y otros acaban
Por
Edgar Gili-IndyRock
Fotos Laura González - IndyRock

El 13 de mayo la sala principal del Apolo en Barcelona asistió a la confluencia de los
que nacen y mueren, de los que empiezan y acaban o de los que miran ilusionados al futuro
frente a los que ya miran con nostalgia al pasado. En cierta ocasión llegó a mis oídos un
paralogismo que hablaba de nostalgia del futuro. Tal vez sea este el concepto que mejor resume
la convergencia, en una misma noche, de los finalistas de un concurso para bandas emergentes y
la despedida de una banda cuya trayectoria profesional se ha extendido a lo largo de casi una
década. Hablamos por un lado de los toledanos The Sunday Drivers y, por otro, de los
barceloneses Nanook y Lasers. Todos ellos grupos muy diferentes, y no me refiero solamente al
hecho de que cuando unos van los otros vuelven de ahí. Una noche ecléctica que empezó con la
electrónica ruidosa de Lasers, prosiguió con el pop alternativo de Nanook y culminó, tras dos
horas de actuación, con el puro rock clásico y anglosajón de The Sunday Drivers. Toda una
muestra, en definitiva, de que el indie en España no pasa en cualquier caso por un mal
momento. Poco importa que el ciclo de la vida siga su curso mientras nos aseguremos, como es
el caso, de que haya siempre alguien dispuesto a recoger el testigo. Hasta aquí hemos llegado,
dicen unos, y desde aquí empieza lo nuestro, contestan los otros. He aquí toda una
alegoría del flujo heraclitiano.
Nanook
Son las 20h00 de la tarde cuando llego al Apolo y me encuentro, para mi sorpresa, con una cola
que casi da la vuelta a la manzana. El grupo estrella de la noche no ha de empezar su
actuación hasta las 21h30, pero desde el primer momento muchos se congregan para ver o
descubrir aquellos grupos noveles que el jurado del concurso Levi’s Unfamous Awards ha
seleccionado entre una cantidad ingesta de bandas que no han pasado la criba. Son grupos
noveles, ya saben, que empiezan y apenas tienen cobertura mediática. Pero cuentan ya en sus
actuaciones con un grupúsculo de seguidores sin el cual no es posible que funcione y se
desarrolle aquello del boca a boca. Tocan ni más ni menos que en el Apolo y saben que hoy por
hoy pocas veces tendrán la ocasión de sonar como lo van hacer. Estamos seguros de que han
preparado su concierto con mucho esmero y mucha motivación. Pero lo cierto es que a duras
penas podrán tocar unos pocos temas, entorno a tres o cuatro para ser exactos. Ha llegado el
que es para ellos un momento ansiado, soñado, rumiado. Hace ya un mes y medio que esperan este
momento. Lasers irrumpe en el escenario para disparar un sintetizador psicodélico al que poco
a poco se añade la banda. La batería deja sonar su bombo y os aseguro que mi chaqueta tembló.
Es una advertencia: lo que aquí se va a escuchar no es una banda de pacotilla.
Lasers
es una banda que ellos mismos califican, y nosotros no podríamos hacerlo mejor, de electrónica
ruidosa. Su música consiste básicamente en la superposición de capas y más capas de
sintetizadores acompañadas casi siempre por un bombo a negras con matices que en la sala Apolo
sonó francamente muy bien, no solamente gracias a la calidad de las prestaciones técnicas,
sino también gracias a un batería excelente con muchísimo groove y precisión. Ellos beben de
influencias tales como My Bloody Valentine o, en definitiva, todos aquellos géneros musicales
basados en la creación de un sonido denso y ambiental. El shoegazing de los 80’s sea tal vez
por tanto también la etiqueta de referencia que mejor puede servirnos para orientarnos, si
bien es preciso que maticemos que en su caso la densidad sonora no se construye tanto a partir
de guitarras distorsionadas y retroalimentadas con pedales analógicos como en el caso de Sonic
Youth, sino que más bien se construye a base de psicodelia electrónica. Si a todo esto le
añadimos además un toque de dream pop conseguido, como en el tema “Well spent dollars”, con
arpegios electrónicos ensoñadores, el resultado no es otro que Lasers. Nos las vemos por
consiguiente con un estilo musical que, a excepción del tema susodicho, es esencialmente
instrumental. Su actuación tuvo una progresión ascendente, es decir, que fueron de menos a más
y, en su conjunto, hemos de reconocer que ejecutaron su música con solvencia y empaque. Para
todos aquellos que al leer este escrito decidan visitar su myspace, solamente añadir que ganan
en el directo y que se les podrá volver a ver el 27 de mayo en el Primavera Sound Show case
Fnac Diagonal.
A continuación llegó el turno de
Nanook, un grupo barcelonés de pop alternativo que a
día de hoy está preparando, junto al productor y también miembro de Mendetz Stefano
Maccarrone, el que será su primer LP. Solamente pudieron tocar tres canciones, pero ya se
sabe, lo bueno, si breve, dos veces bueno. Empezaron con el que es, a mi modo de ver, un hit,
“Biopsia”, una canción melódicamente excelente cuyo sonido marcadamente indie convierte la
canción en una canción muy apta para que empiece a sonar en salas como la Salamandra o el
Razzmatazz. Los cimientos sonoros de las canciones de esta banda se construyen sobre todo a
partir de una base sólida_ que no arrolladoramente potente_ de bajo y batería, guitarras de
carácter más bien rítmico, sintetizadores tímidos o sugerentes y, sobre todo, un registro
vocal que se contrae y expande con la ayuda de un efecto medio robótico que a mí me encantó
por la densidad y originalidad que le confería a la voz de Sisco, su cantante. Hablamos de
canciones pop de tres minutos cuyo valor reside por encima de lo demás en las melodías y en
estructuras desordenadas que tienen en común la explosividad de los estribillos. No son
barrocos, es decir, que no avasallan las canciones con innumerables arreglos y matices, sino
que más bien tienden, como los The Sunday Drivers del último disco, a economizar recursos y
quedarse sólo con lo estrictamente necesario. Y esto no es solamente una cuestión de sonido,
sino que es una prueba, si se quiere, irrefutable de que más allá del adorno instrumental
existe por debajo una canción originaria y original que bien podría tocarse sin problemas con
una guitarra acústica y un micrófono. No sabemos cómo serán las restantes canciones del disco
que preparan, pero creo que si continúan en esta línea de canciones debidamente trabajadas
desde la raíz, entonces no podemos si no augurar un buen futuro para los chicos de Nanook y un
buen futuro, asimismo, para la música alternativa de este país.
Y de los que sueñan a los que ya empiezan a recordar.
The Sunday Drivers es una banda
que ya a estas alturas no necesita presentaciones. Mucho se está hablando de ellos últimamente
no solamente por la reciente publicación en el 2009 de su último trabajo “The End Of Maiden
(Mushroom Pillow)”, sino también porque desde su web y desde facebook la banda ha anunciado,
para desgracia de sus muchos fans, el fin de su trayectoria y la disolución del grupo.
Aseguran que no quieren homenajes ni oír hablar de despedidas. Ellos son, por definición, lo
contrario a la egolatría que suele uno encontrase por estos dominios. Confiesan que no
entienden ni nunca han entendido que se les quiera, que se hable de ellos, que se les adore o
que, en definitiva, sean el centro de algo. Y la verdad que no suena, al menos en boca de
Jero, su cantante, a falsa modestia. Pero más allá de sus intenciones y más allá incluso de
las intenciones de una sala a rebosar como pocas veces la he visto, lo cierto es que el evento
se tiñó de una áurea especial que una y otra vez nos recordaba que el grupo bombea ya sus
últimos latidos. Y esto se notaba en la gente, en su entrega, pero también en la cara de los
músicos y sobre todo en la cara de Jero al dedicarle al público la reverencia que marca el fin
de la fiesta. Una cara tal vez de pena, ya de nostalgia, como decíamos antes, una cara de
resignación que parecía decir “Chicos lo siento, pero lo que no puede ser no puede ser y
además es imposible.” La banda hico en cierta manera un recorrido por los tres últimos discos
que han publicado desde el 2004, aunque hicieron especial hincapié, como es natural, en su
último trabajo de estudio. Empezaron enérgicos, simpáticos y muy sueltos con el que es uno de
sus nuevos singles “(Hola) To see the animals”. ¿Con qué otra canción sino iban a empezar? A
partir de aquí desfilaron en cascada ni más ni menos que 24 temas para gozo y disfrute del
personal. Una auténtica lección, a mi modo de ver, de rock clásico rico en recursos y, sobre
todo, por encima y más allá del sonido, buenas canciones.
Buenos cortes de “The End Of Maiden” como “My plan” o “So what”, pero también los singles de
antaño como “Do it” o “On my mind”. Todos ellos excelentemente ejecutados, ejecutados con
gracia, con experiencia, con buen sonido y con todo ese bagaje que han cogido a lo largo de
tantos años en la carretera. The Sunday Drivers dice que hasta aquí han llegado y sus buenas
razones tendrán. Pero hemos de reconocer que lo dejan justo en el momento en que mejor lo
estaban haciendo, justo en el momento en que ya habían asimilado y digerido todo cuanto una
banda de rock tiene que aprender. Y tal vez sea mejor que así sea. Dejarlo en lo más alto,
justo ahí donde tal vez sólo queda caer. Quizás sea esta la razón por la que lo dejan, a
saber, porque ya no tienen más de donde sacar, porque ya lo han exprimido todo y porque para
seguir creciendo necesitan cambiar de aires. Hasta nunca domingueros, ha sido y será un
placer.
‘The Beginning of Final Trip?’
por
Armando Marín Ruiz- IndyRock
Fotos
Tomás Osborne - IndyRock
16 abril 2010 Sevilla sala Obbio

Ubicado en tercera fila, ligeramente escorado a la derecha y con un completo control visual
del escenario, me disponía a disfrutar por tercera vez de uno de esos conciertos, de los que a
ciencia cierta sabes que no van a defraudar. Más allá de toda posible pereza que suscita una
atípica noche primaveral, con algo de frío y bastante lluvia, el público respondió bien y no
dudó en acudir a la cita convocada por Jero Romero y los suyos, con motivo de la presentación
de su cuarto larga duración ‘The End Of Maiden Trip’ (Mushroom Pillow, 2009), trabajo con el
que demuestran estar en una forma esplendida, quizá en su mejor momento desde que hace una
década, cuatro jóvenes oriundos de Toledo decidieran emular a sus ídolos, e influenciados por
todo lo acontecido durante los 60 y 70, en cuanto a pop, rock o soul se refiere, no dudaron en
perseguir un sueño y tratar de hacerlo realidad mediante esfuerzo, tenaz dedicación,
imprescindible ilusión, algo de fortuna y por supuesto, talento, muchísimo talento.
Inmersos en el mes que conmemora el 40 aniversario de aquel tajante comunicado, en el que Paul
McCartney manifestaba la disolución de la que para muchos ha sido, la agrupación más
influyente en la historia de la música, lejos de imaginar que un mundo sin los de Liverpool no
sería posible, y tomándome la libertad de contradecir al gran John Lennon, cuando afirmó que
“el sueño había terminado”, nada más lejos de una realidad que sirvió como eclosión de un
ideal, que abanderó la fraternidad creativa de una juventud ansiosa por demostrar con
honestidad y sencillez, que están aquí y tienen algo, tal vez mucho que decir, puede que
partiendo de una fidedigna creencia, un axioma por así decirlo: ¿¡Todo está inventado!?,
probablemente hallando respuestas a sus dudas existenciales sonoras, en aquellos dorados y
mágicos sesenta, quién sabe; pero sin lugar a dudas ‘The Sunday Drivers’ son un clarividente
ejemplo a seguir.
Tras la acaecida actuación me fue imposible dar crédito a unas remotas declaraciones, en las
que el guitarrista galés Lyndon Parish, sembraba la sombra de una posible separación; rumores
difíciles de entender al discernir con luminosa nitidez, una perfecta cohesión sobre el
escenario, fruto de una imperecedera fidelidad a ellos mismos, una complicidad absoluta tras
once años forjando una amistad desde la humildad y el influjo del trabajo bien hecho, sin
prisa pero sin pausa, sin alardes ni vanidosas pretensiones, teniendo bien claro lo que
quieren y como lo quieren, enfrentándose a sus propias quimeras. Siendo unos perfectos
desconocidos, fue la sala Moby Dick de Madrid quien apostó por sus directos, ofreciéndose como
trampolín que facilitase ese salto desde el anonimato, y poder revelar al mundo una belleza
compositiva, una brillantez melódica a través de un pop atemporal y cristalino, ausente de
innecesarios barroquismos y artificios, plagado de preciosistas matices, al alcance de muy
pocos y que con orgullo, puedan ondear a los cuatro vientos. Dicen que la experiencia es un
grado y tras haberse recorrido, de un modo casi íntegro, toda la geografía peninsular, pueden
presumir de una madurez adquirida sobre unas tablas, testigos de excepción de firmes directos
sin fisuras, tocando prácticamente de memoria, con la perfecta puesta a punto de un engrasado
engranaje que ejecute la mecánica de la diversión, la comodidad y la confianza en sí mismos,
tocando en cada momento como si del último se tratase y esforzándose por trasmitir en cada
canción ese nostálgico romanticismo que tanto les caracteriza. Y su público lo sabe
demostrando un indiscutible feedback con cada acorde, con cada tonada a corear, con cada gesto
de complicidad, con cada vítor. En definitiva, quiero referirme a esa magia que desprende el
directo. Y puedo dar fe que el suyo la tiene: tal vez por ese travieso ukelele inicial capaz
de colorear con creces un insólito estado de bienestar; puede que por la sutil elegancia en
los medios tiempos; quizá por una profusa emotividad pop, una dulzura folk, o un convincente
embrujo retro y psicodélico; acaso tendrá algo que ver con esa solvencia épica con finales
orquestados a modo de himnos definitivos.
Intuyendo que durante su extensa gira promocional, su set variará realmente poco, he tomado la
determinación de no mencionar títulos, y mantener la incertidumbre en aquellos que aún
desconozcan de lo que estos seis jóvenes son capaces sobre el escenario. Mención especial a la
incorporación de Martí Perarnau como teclista, inquieto showman que deleitó en su día a un
sorprendido respetable, por la sobresaliente actuación con su anterior proyecto ‘Underwater
Tea Party’, con motivo de la quinta edición del South Pop Festival. Seguro que en las filas de
‘Layabouts’ también lo echan de menos. Tan sólo un último apunte, no me extraña en absoluto
que los oyentes de Disco Grande (Radio 3), eligiesen a ‘The Sunday Drivers’ como el mejor
grupo nacional en directo, durante el pasado año.
EL CRECIMIENTO PROGRESIVO
13 noviembre 2009 Industrial Copera, Granada
Por
Luis Miguel Albarracín - IndyRock
Entrevista por
Cristina Consuegra - IndyRock
(nov 2009
InyRock
¿Cuál es la canción más representativa de “The End of Maiden Trip” del
momento actual de The Sunday Drivers?
The Sunday Drivers (Carlos Pinto y Miguel de Lucas) Todas son representativas, estamos
muy contentos de cómo quedó el disco y de tocar canciones nuevas en esta gira. Quizás la más
especial, divertida y atípica sea “Hola”. Es con la que abrimos nuestros conciertos, y tiene
algo distinto por el ukelele y las percusiones.
Alguno de vosotros sois músicos con una dilatada experiencia en el panorama musical de
nuestro país, y por lo tanto, os habéis convertido en espectadores privilegiados del mismo.
¿Cómo ha evolucionado la música en España en los últimos tiempos?
Llevamos tocando 10 años juntos, desde el 2.002 girando con distintos discos y hemos
compartido escenario con muchos grupos. Estamos contentos y orgullosos de la buena música que
se hace en nuestro país. Discos como los que han hecho Sidonie, Lori Meyers, Sugar Mountain,
Catpeople y Alondra Bentley, entre otros, son un claro ejemplo del panorama existente.
¿Cuántos “homenajes” hay en “The End of Maiden Trip?
No lo sé. Quizás el mejor de ellos sea el que podemos dedicar a cada una de las personas que
escucha por primera vez el album de principio a fin. Eso sería maravilloso.
Acabáis de presentar el video de vuestro primer single, “My plan”, dirigido por Tania
Verduzco. ¿cómo surgió la idea del mismo?
No nos gusta aparecer en los videos, no somos actores ni queríamos aguantar un día entero de
rodaje haciendo playback, así que decidimos probar una historia alternativa. Nuestro manager y
la productora se han encargado de todo. Creo que ha quedado muy bonito y elegante.
¿Es “The End of Maiden Trip” el álbum que os ha acercado, de forma definitiva, al
sonido que buscabais?
Estamos muy contentos con el resultado del disco. JM Rosillo, el productor del álbum y nuestro
técnico de directo nos conoce mejor que nadie y sabe hacer su trabajo a la perfección. Creo
que es nuestro disco más completo aunque también tenemos mucho cariño a Little Heart Attacks y
a Tiny Telephone.
En el panorama nacional musical, hay muchas cosas ciertamente poco entendibles, ¿Por qué no
sois el grupo mainstream por excelencia?
Te agradezco el comentario, pero nosotros no buscamos y creo que ningún grupo decide cuando
deja de ser indie y cuando es mainstream o viceversa. Para un músico, cuanta más gente conozca
tus canciones y más gente vaya a tus conciertos siempre será mejor. El “etiquetar” sigue
haciendo mucho daño a la música en este país.
¿Qué ha sido lo más duro en la carrera de The Sunday Drivers, hasta llegar a “The End
of Maiden Trip”?
Han sido muchos años, muchos ensayos, reuniones, discusiones… pero eso se olvida porque somos
amigos ante todo y hemos estado rodeados por gente (manager y técnicos, oficina, nuestra crew)
que nos ha mimado en los momentos más difíciles. Es muy fácil trabajar con las comodidades que
nos brindan. Sólo tenemos palabras de agradecimiento por poder seguir dedicándonos a la
música.
… ¿Y lo más agradable?
Miles de anécdotas, muchos festivales, viajes, amigos…ver a grupos impresionantes, telonear a
gente que admiras…
Tocáis en Andalucía, concretamente en Málaga y Granada, este mes de noviembre. ¿Cómo son
vuestros directos?
En la última gira fue muy bien, a Málaga fuimos 2 veces. Estamos deseando tocar otra
vez. Ahora llevamos un setlist muy completo, seguro que es agradable para el respetable,
jejejeje. Normalmente el público andaluz nos ha tratado muy bien y se ha volcado en nuestros
conciertos.
. ¿Dejará de ser el amor (… y el desamor) ese tema universal sobre el que versan la gran
mayoría de las canciones?
Eso debería contestarlo Jero, pero bueno, creo que como amigos suyos te podemos decir que no
sólo se trata de eso, hay más interpretaciones para todas las canciones que ha escrito, y
lógicamente, la trama principal, inspiración, etc. jamás serán reveladas.
Noviembre 2009
02-11-2007 sala El Tren,
Granada
Crónica
Luis Miguel Albarracín - IndyRock
Fotos
Merche S Calle © IndyRock / Video: J. E. Gómez



Tras la última visita a la ciudad de la Alhambra del grupo toledano, en la que presentó su
aclamado álbum "Little Heart Attacks", sus seguidores tenían muchas ganas de volverlos a ver.
Esta vez no actuaron en la sala Planta Baja; para la ocasión optaron por un lugar con más
aforo, la sala El Tren. Con una muy buena entrada The Sunday Drivers desplegó todos los
encantos de su tercer larga duración: "Tiny Telephone". Comenzaron su actuación con los dos
primeros cortes de su último trabajo discográfico ("Rainbows of colours" y "She"). A partir de
ese momento la tónica fue la misma durante toda la velada: la alternancia de temas de su
último disco con canciones de su segundo álbum, y alguna que otra de su primer larga duración,
como por ejemplo "Like I do", del que Jero Romero, su cantante, dijo que seguramente muy poca
gente tendría.
El sexteto toledano suena muy bien en directo. Si sus canciones en las
grabaciones de estudio son notorias, cuando se escuchan en una sala ganan muchísimo. "Do it",
"Paranoid" o "Day in day out" da gusto contemplarlas en su plenitud. La banda parece y es una
auténtica banda, cada uno de los músicos aporta, hace crecer la canción, creando una sensación
de poderío sobre el escenario muy difícil de lograr. La voz de Jero está en un momento
increíble; se gusta cuando la canción alcanza un momento en el que sólo se escuchan su voz y
su guitarra acústica, percibiéndose en todo momento el disfrute con la labor realizada.
Uno de los músicos de la banda a destacar especialmente es Lyndon Parish. Aporta
guitarras, sintetizadores y, según qué ocasiones, segunda voz junto a Jero, e incluso voz
solista. Una de las mayores ovaciones de la noche se la llevó él. Pero por encima de
individualidades siempre queda la sensación de banda, el "tocar por tocar", la vocación de
músico por encima de lo demás.
Grandes momentos puntuales de la noche fueron "On my mind", seguramente la
canción más conocida del repertorio, o una de las que dejaron para el final, "Little Heart
attacks", en la que toda la sala ayudó a cantarla gracias a la pegadiza voz que interpreta el
gran coro que fueron todos los "domingueros" durante la noche. Tras una hora de una gran
intensidad, se despidieron para volver con un bis de unos quince minutos que supo a muy poco.
Canciones de su segundo disco como "Can´t you see" o "Tears and years" se quedaron en el
tintero, algo impensable para una legión de seguidores que los acogieron desde el primer
acorde de una manera fantástica. Jero se sorprendió por la cantidad de gente que había ido a
verlos, "después de haber estado un tiempo alejados de los escenarios por diversas
circunstancias". Dio las gracias por haber sido tan bien recibidos las dos veces que han
visitado Granada, y la noche acabó con un sabor agridulce: por un lado dejaron boquiabiertos a
todos los presentes con sus bonitas y pegadizas melodías, a la vez que supo a poco, sabiendo
que les quedaba más pólvora. Pero como no hay dos sin tres, habrá que acudir a la próxima cita
con The Sunday Drivers. Esperemos que sea pronto.
04-10-2007 sala Apolo
Barcelona + Pajaro Sunrise
Fotos y crónica por
Isabel Montero - IndyRock



Sunday Drivers

Pajaro Sunrise
El jueves 4 de octubre después de una tarde desapacible de tormentas y aguaceros, nos
arremolinamos a los pies del escenario de la sala Apolo de Barcelona, para compartir con
la banda "Sunday Drivers" el calor y el bienestar de una sala acogedora en un día de lluvia.
Mejor que una película y palomitas fueron las canciones coloristas y guitarreras de estos
chicos que presentaban su tercer disco en la ciudad condal, siendo la primera vez que venían
sin participar en algún festival, "Tiny Telephone" suena a "Sunday Drivers", pero con nuevos
temas, que conforman su evolución en el rock optimista, íntimo y humano.
Tras la actuación de un trío telonero de guitarras y una esporádica percusión vocal, salieron
al escenario los seis componentes del grupo con su formación potente en cuerdas, batería y
teclados.
El público regalaba fervor juvenil, contagiando entusiasmo e ilusión por acompañar a la banda
aquella noche, donde escuchamos temas como "Do It", "Little Chat" y un explosivo "Life
Is".
Pusieron un final rememorativo, con la interpretación de temas como "Time Time Time", "Often",
"On My Mind" canciones coreadas por el público con el corazón en la mano, sonrisas en la boca
y el ritmo fluyendo como electricidad desatada. La voz de Jero Romero melancólica y rota,
apoyada por las melodías evocadoras de las guitarras y los teclados, hacía bailar, cantar y
saltar, sin excepción a todos los que estábamos allí.
No fue uno sino que fueron dos, los bises ofrecidos, mostrando el entusiasmo por la acogida de
ese público entregado, aunando el pasado y el presente con "Day In Day Out" y "Little Heart
Attacks" y sorprendiendo con una "Popereta" jamás interpretada fuera de su local. El
punto y final a una actuación, en la que emisores y receptores llevaban la misma expresión de
satisfacción impresa en el rostro.
Los domingueros y su pequeño ataque al corazón
22-10-2004.Sala Capitol. Santiago de Compostela.
por
Fátima Carmena
La Sala Capitol recibió por primera vez a los toledanos The Sunday Drivers, que están
recorriendo literalmente el país de gira con su segundo disco Little Heart Attacks. Un buen
trabajo, que presentado en directo no pierde su esencia en absoluto, al contrario gana
vitalidad; la vitalidad que aportan cada uno de estos músicos que, parece, disfrutan al máximo
de cada momento en el escenario.
Sobre las 11.30 de la noche comenzaron directamente con "Can´t you see" y con "Ain´t Down",
intentando caldear un ambiente frío provocado por un público poco participativo; quizá la
razón fuera que la sala estaba medio llena, pero desde luego el concierto no hubiera
desmerecido en absoluto una sala a rebosar de público. Quizá es que los gallego,s aún no le
han dado la oportunidad que se merece a estos 5 chicos, ya que además era el único concierto
en Galicia. Un momento brillante fue sin duda cuando tocaron "Love, our love", un tema de amor
que Jero Romero, vocalista del grupo, interpreta tan hondamente que cualquier persona que no
tenga ni idea de inglés puede entender sin problema. El ambiente seguía un poco frío hasta que
llegó "On my mind", ese single pegadizo que conocían y cantaban entusiasmados varios de los
asistentes al concierto. Durante la hora y media de concierto hubo tiempo para los momentos
instrumentales en los que el grupo disfrutaba y al final esa sensación se transmitió al
público, que ya comenzaba a animarse. En uno de estos momentos cada uno de los miembros del
grupo fue desapareciendo del escenario hasta que al final sólo quedó la percusión, en manos de
Carlos Pinto. Pero volvieron a subirse a las tablas para hacer una versión de Led Zeppelin y
tocar algunos temas más, como "Little Heart Attacks" la canción que da nombre al disco. Un muy
buen concierto a pesar de que hubiera poca química con el público, aunque imagino sólo será
cuestión de tiempo que vengan más a menudo por tierras gallegas y podamos disfrutar de esas
letras llenas de romanticismo aderezadas con un poco de melancolía.
The Sunday Drivers
"Little heart attacks" MUSHROOM PILLOW 2004
por
Fernando Navarro- IndyRock El mejor disco nacional del año si no aparece
alguna sorpresa de última hora o decepcionan Los Planetas. Así de claro lo escribo. En un año
plagado de buenos discos nacionales y al que aún le quedan seis meses, nada creo que pueda
sorprender más al que esto escribe que, precisamente, la honestidad y sencillez, la desarmante
brillantez compositiva y la madurez y el encanto de las once canciones de "Little Heart
Attacks". Segundo disco de los toledanos (ojo, de Toledo, España, no de Toledo, Ohio) The
Sunday Drivers, "Little Heart Attacks" nos trae ecos de Minus 5 o de The Jayhawks, de Tom
Petty o los primeros Wilco en un disco que no tiene ni un solo minuto de desperdicio de sus
emocionantes cuarenta y cinco. Así, desde la contundencia de los dos clarísimos singles ("On
my mind" y "I ain´t down") a la delicadeza de los medios tiempos ("Often", "Love, our love",
la emotividad de "Tears & Years", quizá mi favorita o "Dark Does Die") de la exuberancia
pop ("Can´t you see" la belleza de "Hate Yourself", "Little Heart Attacks") al encanto retro
("Only in the dark days", "I Should Go") todo en "Little Heart Attacks" son aciertos. Enumero:
su sonido nítido, claro, sin barroquismos ni abstracciones pero con unos arreglos impecables
(teclados, guitarras, segundas voces); sus canciones melódicamente ricas, plagadas de ganchos
y riffs sin resultar nunca demasiado obvias ni demasiado complicadas; la honestidad de los
músicos, artesanos y a la vez grandes instrumentistas, que consiguen no cargar cada canción e
interpretar el disco con corazón y cabeza; finalmente su sorprendente coherencia interna que
consigue crear una narrativa clásica, perfecta en la que desde el arranque hasta el final da
la sensación de haber vivido una historia. La historia del fin de la juventud, de la aparición
del amor, de la violencia de la primera muerte que nos afecta. Así, con una facilidad que
pasma, asusta e impresiona, The Sunday Drivers han grabado un disco que perdurará. Como deben
hacerlo algunas obras de arte, aunque sean, me temo que como esta, minoritarias. El
complemento perfecto par "A Ghost Is Born" de Wilco. El otro disco del año

Fotos:
J. E. Gómez © IndyRock
Esparrago 2002 Jerez de la Frontera, Cadiz 13-07-2002


Biografía
La historia de estos cinco tipos de Toledo comenzó allá por el 99 cuando aún eran cuatro:
Jero Romero (voz), Miguel de Lucas (bajo), Carlos Pinto (batería) y Fausto Pérez (guitarra)
...dos años después incorporaron a Julián Maeso (teclados). El sello Rock Indiana se fijó en
ellos y editó el que fue su primer disco homónimo y extraería el single “Time, Time, Time”,
soporte sonoro en varias campañas promocionales televisivas (Turismo de C-LM, Caja de C-LM).
Fichados por December Producciones, después de empezar a participar en festivales (Lemopop,
Espárrago…) y ser finalistas del Villa de Bilbao, The Sunday Drivers sorprenden a prensa y
público con una gran actuación en el Festival de Benicassim (FIB) 2003.
Era previsible que el nuevo disco estaba al caer… así que “Little Heart Attacks” ve la luz en
junio de 2004 con la inclusión del galés Lyndon Parish (teclados, guitarra) como nuevo miembro
del grupo.
La gira del álbum fue una de las más intensas al visitar algunos festivales y participar de
nuevo en el FIB, recibiendo el abrazo de un público cada vez más fiel.
A medida que la fama de The Sunday Drivers crecía, se añadían más fechas al calendario de
conciertos, siendo cabezas de cartel en festivales como Metrorock, Sonorama, Contempopranea… y
a los que añadirían algunos internacionales como Les Transmusicales de Rennes (Francia), donde
fueron una de las revelaciones y elegidos por los críticos del festival como uno de los
mejores cinco conciertos.
Fue un gran salto fuera de nuestras fronteras; el disco fue publicado en Francia, Bélgica,
Suiza, Holanda, Grecia … visitaron los festivales franceses Vieilles Charrues, Rock in Seine,
Les Mediterranées, ArtRock, Eurockeenes, aparte de grandes citas internacionales como Nuits de
Botanique (Bruselas), Eurosonic (Groningen), Rockwave (Atenas), Popkomm (Berlín), Spot
(Dinamarca), Chant Du Gros (Suiza), además una gira de 11 fechas en Francia y otras 25 en
España (entre otras, acompañando a artistas como Wilco o Paul Weller en sus visitas a nuestro
país).
El single “On my mind”, un auténtico hit internacional, ha sido utilizado para BSO de la
película de Hollywood Penélope y de otras españolas como El juego de la verdad. El resultado,
cerca de 30.000 discos vendidos en Europa…(premio Impala Sales 2006).
En 2007 llegó una nueva etapa con “Tiny Telephone”. Sus 10 temas fueron grabados en San
Francisco bajo la batuta de Brad Jones (Josh Rouse, Bobby Bare Jr.). “Tiny Telephone” fue
publicado por Naive en Francia y distribuido en Alemania, Bélgica, Holanda y Suiza.
Su esperado regreso a los escenarios se hizo notar en cada uno de los conciertos que
ofrecieron en festivales como Bilbao Live, Summercase, Sonorama, Greenspace… en su extensa
gira en Francia y Suiza, y muy especialmente en las diferentes ciudades españolas como Madrid,
Barcelona, Valencia, Santiago, Sevilla…. donde el público ha agotado las entradas. Un éxito
advertido por hechos como que “Tiny Telephone” fuera el disco más vendido en Fnac, en su
primera semana en el mercado o que “Paranoid” fuera elegido “Tema de la semana” (2.5.2007) en
iTunes Francia.
El primer single “Do It” se ha convertido en otro éxito internacional entre público y medios,
empujado también por apariciones de la banda en televisión (Buenafuente, No Disparen al
Pianista), y siendo banda sonora de series televisivas (Cuestión de Sexo), o anuncios
comerciales (Cruzcampo Light)
En la actualidad, The Sunday Drivers han editado (15 junio 09) el que es su cuarto trabajo el
álbum “The End of Maiden Trip”, grabado en directo en los estudios Red Led de Madrid con José
María Rosillo como productor. El adelanto del disco está teniendo una enorme acogida en prensa
y público, y el grupo hará varias fechas importantes en verano antes de comenzar la gira de
presentación del nuevo disco, en octubre de 2009.
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