WALL OF EYES (2024)
SUEÑOS ANDROIDES QUE YA NO SON PESADILLAS
Ya parece confirmarse, que The Smile es el nuevo vehículo de Thom Yorke para transmitirnos lo
mejor de sí mismo.
JUAN GALLARDO TERUEL * INDYROCK
Qué tiempos tan extraños. Puede que realmente lo sean fuera de uno mismo, o que sea el individuo
que siente que el mundo que reconoce se desvanece cuando llega a cierta edad. Ya esté el
problema dentro o fuera, es el arte verdadero, ese que habita en una sola dimensión, el que me
devuelve a ese momento en que me dio un vuelco al corazón un pequeño descompás en una canción
pop de los 80, el descubrimiento de una rareza espacial en la llamada angustiada de un tal Major
Tom que llamaba al control de tierra, en instante el que me estremecí ante la angustia
harmonizada y extraña de un grupo desconocido de Seattle en los albores de los 90, el momento en
el que escuché la intensidad la rabia de una rata enjaulada, los sueños paranoicos de un
androide, o el sueño indefinible de ver que, al final de todo, todo estaba en su lugar adecuado
mientras nos adentrábamos en un nuevo siglo. (...)
(...) The Smile, que parecía ser un capricho de Thom Yorke similar a otras incursiones externas
a Radiohead, nos sorprendió hace dos años con un magnífico disco, A Light for Atracting
Attention, y a pesar de eso, nada hacía pensar lo que ya parece confirmarse, que The Smile es el
nuevo vehículo de Thom Yorke para transmitirnos lo mejor de sí mismo.
Y es una sorpresa en toda regla porque la firma de Thom Yorke no ha sido nunca garantía
absoluta de calidad, ya que cuenta en muchos de sus proyectos (Radiohead incluido) con muchas
canciones muy pequeñas, rozando el ridículo en penosas ocasiones, algo que aumentaba en
frecuencia cuánta más libertad creativa adquiría Thom.
No es el caso.
Thom Yorke es un compositor de sueños, que se multiplica cuando los sueña junto a Jonny
Greenwood. Sin desmerecer al resto de componentes de Radiohead, es evidente que es en la fusión
de estos dos genios dónde reside la magia destilada de The Bends, Ok Computer, Kid A o In
Rainbows. Y es por eso que The Smile es un proyecto tan especial; si Radiohead rellenaba un
paisaje sonoro con tres guitarras cargadas de efectos, con The Smile son capaces de ampliar ese
paisaje con solo una batería (impecable, inspirada, jazzística) una guitarra y un bajo. Ocurre
por ejemplo en Bending Hectic, dónde el caos más ruidoso nos hace pensar que hay una orquesta
enloquecida disparando notas al espacio cuando se trata solamente de 3 instrumentos.
Si le encuentras huecos a ese sonido, es que te falta la capacidad de soñarlos.
Quitarse el sombrero ante el buen hacer, pero sobre todo el valor de Tom Skinner, atreviéndose a
marcarle los tiempos a estas dos leyendas inconmensurables. No sale del paso, aporta, y mucho, y
sospecho que es responsable de mantener a sus compañeros a raya.
Por supuesto que hay excesos, pero qué excesos. Excesos como los de Read the Room, combinando la
mayor de las estridencias con secciones que suenan a canciones de cuna. Decir inmenso es
quedarse corto.
Wall of Eyes no tiene una sola fisura, y para encontrar un ejemplo de eso de mano de los de
Oxford habría que remontarse un cuarto de siglo atrás.
No, no hay ni una sola canción que no encaje con el todo, que no refleje el todo. Esa era una de
las ideas centrales de la visión científica de Goethe, la de que el todo está en todo, en tus
ojos cabe la luz del universo y cada célula de tu cuerpo contiene tus sueños.
Es eso lo que ocurre en Teleharmonic, la segunda canción del disco, entre 1:50 y 2:00, diez
segundos en los que cabe el disco completo, diez segundos que, además, nos devuelven a la
angustia del Major Tom en el espacio, a la rabia de la rata enjaulada, dentro del sueño de aquel
Androide Paranoico de hace ya tantos años.
CRÓNICAS Y COMENTARIOS * ARCHIVO INDYROCK
YORKE, GREENWOOD, SKINNER... THE SMILE, SIN LÍMITES
The Smile + Robert Stillman
06/07/2022. Noches del Botánico.
Real Jardín Botánico Alfonso XIII de la Universidad Complutense de Madrid.
JAVIER ALONSO JULIÁ * FOTOS Y CRÓNICA * INDYROCK
El mes de julio llegaba a Madrid con una ingente propuesta musical. Del 6 al 10 de Julio el Mad
Cool traía a la capital un cartel desbordante, pero en el que no se incluía a The Smile, nueva
banda de Thom Yorke y Jonny Greenwood (Radiohead), junto con el batería Tom Skinner (Sons of
Kemet). Las Noches del Botánico apostaron por ellos y nos regalaron uno de los mejores
conciertos del festival con todo el papel vendido.
Sobre las 19.30 se abrieron las puertas y los fans de Radiohead fueron dejándose ver por las
inmediaciones del Real Jardín Botánico Alfonso XIII ataviados con camisetas tanto del grupo
matriz como de los distintos proyectos de sus componentes. También pudimos ver que muchos
artistas de la escena musical de nuestro país no querían perderse a uno sus referentes, entre
ellos Pucho de Vetusta Morla, los integrantes de Rufus T Firefly, Coque Malla y muchos otros.
El multinstrumentista Robert Stillman fue el encargado de abrir la noche con su proyecto en el
que se mezclan sonidos de jazz, electrónica, folk y minimalismo. Solo ante el público con sus
teclados y bases pregrabadas y con su inseparable saxo, nos mostró de lo que es capaz ante un
público que tomó buena nota de lo que llegaba a sus sentidos.
ROBERT STILLMAN, FOTOGALERÍA, NOCHES DEL BOTÁNICO.
FOTOS: JAVIER ALONSO JULIÁ * INDYROCK
Llegó entonces el momento que muchos había esperado desde el anuncio del concierto en febrero de
este año. Aparecían sobre el escenario Thom, Jonny y Tom Skinner para presentarnos su primer
álbum “A Light for Attracting Attention”. Los nervios estaban a flor de piel y el público en las
primeras filas lanzaba piropos a Thom y Jonny. Un piano en la zona central del escenario nos
adelantaba que Thom o Jonny se sentarían en algún momento en el. Y así fue Thom se dirigió al
mismo y comenzó la noche con los acordes de “Pana-Vision” y dejar al público en total silencio,
mientras disfrutaban de uno de los temas con efluvios de Radiohead.
Thom abandonó el piano y se colgó la guitarra para lanzarnos a la vertiginosa “Thin Thing” con
un riff potente generado por Jonny y el. La batería de Tom Skinner con ese toque jazzy les da
otro ritmo más elegante en muchos de los temas del disco y así lo pudimos comprobar en directo
con el siguiente tema “The Opposite”.
Volvió la calma con “Speech Bubbles” y “Free In the Knowledge” en las que la voz de Thom
deslumbró a un público totalmente entregado desde el inicio del concierto.
“A Hairdryer” volvió a elevar el ritmo cardíaco, en un tema que va de menos a más con un ritmo
que entra en tu cuerpo y no te suelta hasta la última nota. “Waving a White Flag” con un inicio
de teclados al estilo de las bandas sonoras de Jonny Greenwood nos trajeron un nuevo tema
“Colours Fly”. El saxofonista Robert Stillman acompañó a la banda sobre el escenario en un tema
que tiene un riff con aires del sur de España que nos evocaba a “Omega”.
El azul y rojo invadieron el escenario y “We Don’t Know What Tomorrow Brings” sonó bajo un
atronadora ovación del público. “Skrting on the Surface” fue el momento de Tom Skinner que fue
señalado por Thom para enseñarnos de lo que es capaz con su batería tocando puro jazz, mientras
el resto le acompañaban.
Tras el agradecimiento de Thom al público por asistir al concierto llegó el turno de un nuevo
tema, “Bodies Laughing”, que ya han estado tocando en otras actuaciones y en el que el público
les acompañó dando palmas al son del ritmo.
El riff de “The Smoke” puso a todo el Botánico a bailar y tararear el ritmo incesante que te
penetra nota tras nota.
El fin estaba cerca y nos regalaron la trepidante “You Will Never Work in Television Again”,
reviviendo los sonidos más primigenios de la banda de Oxford. Tras la gran ovación se retiraron
al backstage para tomar aire y volver con más temas de su nuevo álbum.
El primero en caer fue “The Same” tema que abre el LP. Jonny sentado al piano y las palmas del
público según va subiendo el ritmo de los bpm, consiguieron emocionarnos y sentir como la música
sigue siendo una de las mejores medicinas para esta época pandémica, que tanto daño ha hecho en
la sociedad.
Otro nuevo tema “People On Balconies (Friend of a Friend)” con Thom a la guitarra y Jonny al
piano, fueron un momento de distensión para de nuevo volver a deleitarnos con la batería de Tom.
Con Jonny de vuelta a la guitara y un Thom bailando al son del riff de “Just Eyes & Mouth”
llegó el momento de despedir la noche con el tema de Thom Yorke “Feeling Pulled Apart By
Horses”.
Actuación corta pero intensa en la que Thom y Jonny vuelven a unirse en el escenario para dar
cabida a su capacidad artística que parece no tener límites. Hay que dar las gracias al festival
Noches del Botánico por el empeño que están poniendo cada año por traernos una variedad y
calidad de artistas que muchos otros festivales querrían tener.
A Light for Attracting Attention (2022)
EN LA CARA OCULTA DEL UNIVERSO RADIOHEAD
Energía, melodía y emociones en una obra que se magnifica en su totalidad y que crecerá
a lo largo del tiempo.
Por JUAN GALLARDO TERUEL* INDYROCK
Thom Yorke hace lo que le da la gana y eso ha sido un problema en demasiadas ocasiones, pero la
que nos ocupa es una maravillosa excepción. Su nuevo grupo, The Smile, un trío en el que une su
talento al de su compañero de Radiohead Jonny Greenwood y al batería Tom Skinner (lo que debe
estar disfrutando este tipo) nos ofrece sin ninguna duda la mejor colección de canciones surgida
de cualquier proyecto asociado con Radiohead que no sea Radiohead; y hay mucho material de gran
calidad con el que competiría en esta categoría, entre ellos el grandísimo disco de Atoms for
Peace, el último disco en solitario de Thom Yorke, Anima, y las inspiradísimas bandas sonoras de
Jonny, entre las que destacan las de There Will be Blood y La Sombra del Perro.
Surgido de las sombras del confinamiento que extendió su sombra a lo largo de 2020, A
Light for Attracting Attention puede provocar la pregunta de ¿Por qué no se trata de
un disco de Radiohead? Y para mí una primera respuesta es evidente (luego vendrá otra) Radiohead
jamás podría haber producido un sonido con esta frescura. A pesar de eso, el disco parece hacer
continuas referencias a la basta discografía de Thom Yorke, en la que englobaríamos a Radiohead
y todos sus proyectos paralelos.
The Same, que abre el disco es lo más parecido a Kid A que le
hemos escuchado a Thom Yorke desde hace 20 años. Robándose progresiones de acordes y atmósferas
que parecen samples de antiguas canciones como True Love Waits
o Spinning Plates, The Same alcanza la
magia de los Radiohead del cambio de milenio y promete un disco más en la dirección de Amensiac
que lo que nos encontraremos a continuación; echémosle un vistazo a a algunas de las canciones: You Will never work again, el primer anticipo del disco es energética como los
Radiohead de hace casi 30 años, pero que abraza la melodía y cambios tonales de los músicos más
maduros que nos ofrecieron BodySantchers hace menos de 20.
A partir de este punto el disco encuentra el equilibrio perfecto entre los tres elementos
básicos que ya se han presentado, energía, melodía, y un Thom Yorke de 53 años cuya voz suena a
23 y es la única que puede verdaderamente trasmitir la emoción. Es en esta especie de espacio
común donde los talentos de estos 3 grandes músicos logran alcanzar su mayor altura artística,
le dan sentido a este proyecto y responden de nuevo a la gran pregunta ya anticipada ¿Por qué no
se trata de un disco de Radiohead?
Thin Thing combina de nuevo los tres elementos de una manera tan efectiva o más
que las anteriormente mencionadas. Open the Floodgates parece una versión mejorada de Daydreaming,
del último disco de Radiohead como banda completa, que ya tiene 6 incomprensibles años. Free in the Knowledge se centra más en la melodía y ecos más cercanos a Kid A e
incluso a la atmósfera de The Bends, Waving the Flag
igualmente melódica pero más orquestal, se acerca más a las bandas sonoras de Jonny.
El disco se cierra con la maravillosa Skrting in the Surface, que recupera lo
mejor de las atmosferas de A Moon Shaped Pool y encaja (de nuevo) los tres
elementos que la dan magia e identidad a este álbum.
Hay canciones en el disco que parecerían menos inspiradas y tal vez demasiado repetitivas como The
Opposite o The Smoke, pero incluso esas pocas excepciones cobran
sentido en el marco general del disco, es decir: se trata de un disco para escucharlo de
principio a fin, y disfrutarlo al 100%
Y a pesar,
sugiero que no es del todo mala idea escuchar la reciente canción en solitario de Thom Yorke,
5.17 a modo de epílogo.
Hay que destacar la inmensa contribución de Tom Skinner en la batería, dándole al disco una
identidad a caballo entre el punk y el jazz, que Phil Selway, siendo un batería excelente, no
hubiera logrado ofrecer, y son de agradecer además sus silencios en secciones en las que la
percusión no hubiera hecho otra cosa que enturbiar el sonido.
En la época de los singles y playlists, nos encontramos con un disco maravilloso y complejo que
crece tras varias escuchas y que aportará nuevos matices con el paso del tiempo.
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