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EN INDYROCK * Archivo histórico
M WARD
M.WARD REGRESA A GRANADA CON SUS TEMAS FAVORITOS `PARA
PRINCIPIANTES´
Viernes, 16 de Mayo Teatro CajaGranada (Granada)
For Beginners: The Best of M. Ward es una colección para M. Ward
de cualquier época. Reúne 14 temas de su discografía en Merge
Records, incluida la nueva canción canción recién grabada «Cry»,
For Beginners es a la vez una introducción y
una mezcla de favoritos secuenciados de una manera que les da
nueva vida.
Entradas ya a la venta en el canal oficial:
www.entradascajagranada.es, Taquilla del Centro Cultural
CajaGRANADA Memoria de Andalucía (Avda. de la Ciencia, 2 18006
Granada. De lunes a miércoles de 8h a 15 h, de jueves a sábado
de 9h a
14h y de 16h a 19 h y domingos y festivos de 11 h a 15 h.) y
desde una hora antes del inicio del concierto en la taquilla del
Teatro.
Empezando por «Chinese Translation» y «Poison Cup» Post-War, de
2006, For Beginners se centra en Ward a medida que amplía su
destreza en el estudio. Su singular versión de David Bowie,
«Let’s Dance», del álbum Transfiguration of Vincent,
se convierte en la exuberante «Never Had Nobody Like You», de
Hold Time, de 2009. En lugar de la línea evolutiva sugerida por
una disposición cronológica, lo que mantiene unido a For
Beginners es la impecable habilidad de Ward como
compositor, que se mantiene en el foco a medida que su sonido se
expande de grabaciones caseras de baja fidelidad a temas
eléctricos listos para la radio.
Con motivo del 35 aniversario de Merge Records, esta celebración
de uno de los mayores aniversarios de Merge Records, esta
celebración de uno de los artistas artistas más queridos del
sello incluye «Cry»- su primera nueva grabación en Merge
desde 2018- una versión despojada del clásico pop de Godley
& Creme con la colaboración de Folk Bitch Trio de Melbourne,
Australia.
M. Ward en «Cry»:
«Cry» fue grabado en un museo de arte moderno de Tasmania
llamado MONA. Me senté al final de un largo pasillo a pocos
metros de la escultura de Anselm Kiefer de una pila de libros de
plomo de 6 metros de altura, y de pie a mi izquierda y a mi
derecha alrededor de un único micrófono estaba el Folk Bitch
Trio de Melbourne; ensayamos y grabamos «Cry» en unos 30
minutos. Un placer añadir esta canción a la colección de algunos
de mis recuerdos de hacer música durante la primera
década de creación de discos con mis amigos de Merge.
La canción es el colofón perfecto para una colección de esta
naturaleza, resumiendo gran parte del poder de Ward como músico:
la riqueza que es capaz de lograr en grabaciones escasas, su
habilidad para la colaboración, y su capacidad para ver a través
del alma de una canción pop meticulosamente elaborada, de
esperar lo que está por venir de su propio trabajo como una
retrospectiva de su pasado.
Nacido en 1973, Matthew Stephen Ward proviene de la escena
musical de Portland (Oregón) y es uno de los más inspirados
músicos de folk-rock de los últimos tiempos. Cuenta con ocho
discos de estudio y 2 EPs como solista; con tres discos de
estudio (el último, ‘Volume 3’, de 2013) con She & Him, duo
que formó junto a la actriz y también cantante Zooey Deschanel y
como integrante de la super banda Monsters Of Folk (junto a
miembros de Bright Eyes y My Morning Jacket) firmó en 2009 un
disco homónimo. Suyos son temazos como ‘Chinese Translation’,
‘For Beginners’, ‘Poison Cup’ o el más reciente ‘The First Time
I Ran Away’.
Arropando sus composiciones con una voz entre afónica y
susurrante y acompañándolas de reverbs mágicos que recuerdan
producciones de tiempos pasados, sus directos generan atmósferas
irrepetibles.
Lunes
22 de junio 2009 Sala Heineken Madrid
Produce Mercury Wheels
por
Rafa Carazo - IndyRock
Los tiempos han cambiado. Crisis de formatos, de tendencias y de
soportes. Nadie, ni las grandes multinacionales, ni los pequeños
sellos, ni las tiendas al uso, ni las nuevas páginas on-line de
escucha directa, ni los propios artistas, ni siquiera los
mismísimos oyentes saben por dónde van a salir los tiros.
Imposible. No sabemos ni dónde están.
Pasamos de un negocio basado en la oferta a otro, todavía
embrionario, basado en la demanda. En esta época de cambios sólo
una cosa resiste inmaculada: el talento. Es cierto que en el
negocio tradicional Matt Ward merecería un hueco en un pedestal
junto a Dylan, Waits y los grandes del rock´n´roll americano.
Pero estos tiempos de imprecisión los escaparates están
reservados a figuras precocinadas y calentadas al microondas de
la televisión y las revistas de tendencias. ¡Cuanto mejor
guardar una figura tan auténtica para los entendidos!. ¡Qué
sirva de algo su erudición!. ¡Qué no quede el elitismo en falsa
pose!. ¡Qué haya talentos que lo llenen de contenido y, sobre
todo, de sentido!. Pero la erudición no está muerta: lunes
(posterior a un día de la música en el que actuaron de forma
gratuita lo más granado del panorama nacional) y caro (24
euros). Aún así, lleno. El talento moderadamente reconocido.
Y qué mejor figura, qué mejor talento que el dotado y virtuoso
M.Ward que lleva una trayectoria imparable. Sus cuatro álbunes
para el selecto sello Merge son, sin excepción, de matrícula de
honor. Siempre fiel a un estilo, único en nuestros días, gracias
a recoger la historia del folk, el country y el rock´n´roll
americanos para manufacturar un sello personal enraizados en su
voz y en unas producciones etéreas que evocan a transistores de
los años cincuenta y a Howe Gelb. Tradición pura, estilo
depurado.
Matt Ward representa a la perfección las funciones de un genio
de la tradición. Sus discos están vestidos con una gran
producción, sus directos están hermosamente desnudos. Juega a la
perfección con las dualidades: rápidas/lentas, solo/acompañado,
guitarra/piano… Y él es el guía de una banda que acompaña y
complementa el discurso que él mismo se encarga de transmitir
con diferentes tempos y con su magnífica voz.
En formación de cinco y con hasta tres guitarras en ocasiones el
concierto se sostuvo en cuatro fases bien marcadas:
Primera. Arranque demoledor
Un principio ilusionante con “Chinese Translation” interpretada
de forma magistral con un Matt Ward a la guitarra usando los
cinco dedos de su mano derecha. Tras “Requiem” empezó a
presentar su nuevo disco “Hold Time” (Merge, 2009) con “Rave On”
y la adictiva “Epistemology”. La primera fase se cerró con “Fool
says” y un “Poison Cup” que enfervorizó al público.
Segunda. Después de la tormenta…
El bajón propio. El momento de calma. Momento aprovechado para
la interminable “Hola time”
Tercera. Yo me lo guiso y yo me lo como.
Matt se queda solo en el escenario para deslumbrar. “One hundred
million years” fue el momento cumbre de la noche con un
larguísimo solo de guitarra. La dylaniana “Sad sad song” y la
maravillosa “Lullaby + exile” acompañada de un hermoso silbido.
Cuarta. La catarsis.
Vuelve la banda y no deja títere con cabeza. “Magic trick”, “To
save me”, “Never had nobody like you”, “Fisher of men” y “Roll
over beethoven” (el archiconocido éxito de Chuck Berry). Y, ya
en los bises, “Big boat” y el éxtasis con “To go home” para
rubricar un concierto que fue una obra maestra.
Y hay más que decir, pero los que estamos aquí para
comentar lo que intentan transmitir los artistas debemos
asumir que uno como M.Ward merece que no le analice cualquiera
sino alguien con el tiempo suficiente para una tesis o para
hacerle un “I´m not there” en su debido momento. El ascenso de
M. Ward hasta su status actual de figura internacional ha sido
un proceso lento. Inicialmente un secreto muy bien guardado de
la escena folk de Portland, su posición ha ido creciendo a
cada disco hasta llegar a lo que es hoy: uno de los artistas
más aclamados del universo musical americano.
Por
Javier
García Ferrer - IndyRock
Cantante y guitarrista, Matt Ward desembarcó en la isla con una
aureola de pequeño genio con gran reputación, y me acerqué al
Bluesville, para asistir al concierto bajo un tiempo de perros,
y con la absoluta sospecha de que si me lo perdía me
arrepentiría. ¿Se ratificaron mis sospechas?, francamente no, el
show de Mr.Ward fue una pequeña decepción, el local ofrecía una
buena entrada dado lo limitado del espacio y del temporal que se
estaba dando en el exterior, unas 30 personas. M. Ward venia
respaldado por la fama y el nombre de Howe Gelb, líder de los
imprescindibles reyes del dessert-rock, Giant Sand, habiendo
grabado para su sello Ow Om Recordings, y con dos Lp´s bajo el
brazo "Duet for Guitars #2" (2000), y "End od Amnesia" (2001),
de los que toco varios temas, como"Beautiful Car" o "Carolina" y
varias instrumentales, en apenas 50 minutos de concierto. Su
propuesta es un folk-rock acústico , que tiene un 50% de
influencias del lado más clásico, teniendo como referentes a
Dylan o Townes Van Zandt, y el otro 50% de elementos más
modernos y coetáneos suyos, como podría ser Mark Eitzel o Vic
Chesnutt. Sería muy fácil por mi parte echar tierra sobre su
carrera por un único show vivido, de hecho sería del todo
injusto, pero lo cierto, es que no puedes presentarte ante el
respetable, el cual había sido debidamente informado de todos
sus éxitos y grandezas, con una actitud de desgana sobre las
tablas, si bien eso se podría justificar por su actitud apocada,
y también estilísticamente por su música relajada, con unas
letras casi susurradas; otra cruda realidad es que el publico de
esta ciudad, en su gran mayoría, no sabe muy bien a que diablos
acude a un concierto , ¿a disfrutar de la música o hablar de
memeces con sus compinches?, no es de extrañar, que no se
acerquen artistas a la isla, y los que finalmente aparezcan,
terminen terriblemente hasta las narices. Pero bueno, la
sensación agridulce que me lleve a casa tras el show es que Matt
únicamente había salido a cumplir, o que dado el respeto de
algunos de los asistentes más valía dejarlo así.
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