Desde 1997 * Pioneros de la información musical on line

INDYROCK Magazine



FOTO: EFE-IDEAL * ROSA DÍAZ * MADRID 2022

THE CURE



'LOS CURE', ESTA PANDA DE ENTRAÑABLES SEXAGENARIOS, LO VOLVIERON A HACER

... Como hace treinta años. Y cuarenta. Y veinte y diez, como cada vez que tocan, porque siempre es maravilloso.

The Cure + The Twilight Sad * Wizink Center, Madrid 11-11-22

JUAN FRANCISCO CAMACHO * INDYROCK
11 del 11 del 22. Fecha (forzadamente) perfecta en lo matemático. Fecha con una oportunidad, quizá la última -aunque llevo veinticinco años escuchando cosas parecidas-, quizá no, de ver a los Cure en directo. Sí, los Cure. No he dicho The Cure en mi vida, no voy a empezar ahora. El Wizink Center que fuera en su día el Palacio de los Deportes, de nuevo entremezclado en mi vida y en las de los de Robert Smith. Y Simon Gallup, claro. Y, en esta ocasión, Jason Cooper, Perry Bamonte, Reeves Gabrels y Roger O'Donnell. Como en el 92, aunque solo repitieran Smith, Gallup y Bamonte y todos, incluso yo, tuviéramos 30 años menos.

Pero antes de los Cure, actuaron The Twilight Sad. No los conocía, se mueven lejos de donde me suelen llevar mis antenas musicales, pero francamente dieron muy buen concierto. La mezcla de indie con influencias ochenteras y algún toque de postpunk, reflejado todo ello en abundantes teclados, guitarras con suficiente protagonismo, batería (que todo hay que decirlo, estaba bastante bajita) sencilla pero efectiva y, por encima de todo, el histrionismo de un James Graham desatadísimo, como una especie de Ian Curtis con más pluma, llenando él solo todo el escenario, dio bastante más de sí de lo que suele ser el grupo invitado en este tipo de eventos. Imagino que el tener casi veinte años de carrera a sus espaldas ayuda a que así fuera; no eran precisamente unos recién llegados. El ser escoceses también ayuda, por descontado. En definitiva, no puedo decir que se me hiciera corto porque mientras esperas a una banda como los Cure, cualquier “intro” se te va a hacer larga. Pero me parecieron bastante buenos, aunque no fueran mi taza de té.

Charla con un superfan que estaba en la pista, a mi izquierda. La lluvia resuena por todo el pabellón, golpeando el techo. Molaría que empezaran con Prayers for Rain, tendrían la intro hecha, le digo. Risas. Cervezas. Y los de Crawley salen poco a poco al escenario, pero empiezan con Alone. Uno de los temas nuevos que, en principio, debería formar parte del inminente nuevo disco. Como llevo oyendo lo de inminente nuevo disco desde 2008 que saliera el anterior, 4:13 Dream, y que será -seguramente- el último porque se separan, lo dejan, se mueren, desde al menos los primeros noventa… Pues desconfío un poco. Alone, al menos en directo, suena bien, densa, oscura, triste. Como las mejores canciones de la banda, por lo menos los adjetivos. Veremos en que queda. Pictures of You y Closedown en rápida sucesión como demostrando que enormidad de disco es Disintegration. La preciosa A Night Like This a continuación. Para mí gusto le sobran los alardes de guitarra de Mr Gabrels, pero de eso hablaré después, que ahora tocan Lovesong. Se me erizan los pelos de los brazos y la nuca, como cada vez que la escucho. And Nothing Is Forever es otra de las nuevas. También densa y tristona, me gusta menos que Alone, pero se deja oír. Después de algún que otro disco esperpéntico, por ser suave, ojalá el prometido Songs Of The Lost World sea otra cosa. Apunta maneras, pero uno que ya es perro viejo, sigue desconfiando.


The Cure, Barcelona 2022 * ABC-IDEAL *ADRIÁN QUIROGA

Burn. A mí me despierta menos entusiasmo pero la gente a mi alrededor se vuelve loca ya con la flautilla inicial y con la abundancia rítmica. Yo reservo mi dosis de locura (o lo-cura) para At Night. Otra vez erizado. Tanto que la, palidecida por las sensaciones de At Night, A Fragile Thing, tercera novedad, me parece seguramente mejor de lo que es. De nuevo, paciencia. Charlotte Sometimes es una canción maravillosa. Otra más. Uf. Me vienen a la cabeza los, exactamente, mismos sentimientos que la primera vez que la escuché, en aquel imprescindible The Cure In Orange de hace, sí, treinta y cinco años. Push me gusta, me gusta mucho, pero menos que Play for Today o incluso que la reinterpretación de ese Want que abría (y prometía, promesas sin cumplir) el por lo demás bastante infumable Wild Mood Things. El concierto, al menos en su parte “central” está terminando. Quedan Shake Dog Shake, enérgica y estupenda, como siempre y la tremebunda From the Edge of the Deep Green Sea, profunda como el propio Green Sea. Queda la que para mi gusto es de largo la mejor de las novedades avanzadas, Endsong. Esta sí que, al menos aparentemente, lo tiene todo para ser de las que perduran y valen por sí solas un disco entero. En ese sentido, con los Cure somos, por exigentes los fans, un poco injustos. Su peor canción está seguramente muy por encima de la mejor de otros muchos grupos a los que valoramos mejor, pero la culpa es de ellos por haber parido treinta o cuarenta o cincuenta o los que sean, absolutos himnos atemporales, absolutas obras maestras. Hacen que todo el resto parezca, también absolutamente, mediocre.

Los bises, el primer bloque, y pese a empezarlos con I Can Never Say Goodbye, que a mi juicio poco juicioso está lejos de las emociones que despierta Endsong, valen su peso en oro. O una entrada, que al precio que las ponen viene a ser parecido. Cold, Faith y, por supuesto, A Forest. No sabría con cuál quedarme, francamente. Supongo que con Faith, nunca la había escuchado en directo. MARAVILLOSAS las tres, incluso A Forest, que estando trilladísima, es tan buena que la conjunción Gallup-Smith me sigue emocionando como siempre. Y aquí voy a comentar lo que decía antes con lo de los alardes de las guitarras del -buenísimo guitarrista- Reeves Gabrels: me parece que los temas clásicos (especialmente los de la trilogía 17 seconds/Faith/Pornography) son tan increíblemente buenos, tan rematadamente perfectos en su sencillez instrumental del trío Gallup/Smith/Tolhurst, aun con el teclado de Hartley en el más antiguo, que la sobreinstrumentación actual les hace más daño que bien. No son necesarias tres guitarras, bajo, teclados y una sobredimensionadísima batería para que suenen perfectas tal y como fueron paridas. Son tan buenas, pero tan tan buenas, que ese exceso de arreglos y añadidos, por más que esté bien hecho, no las llega a destrozar porque no debe de ser posible, pero, de nuevo a mi juicio, es innecesario y ensucia más que resalta. Ya está, ya me podéis apedrear. O bueno, esperaos un poco, que queda hablar del segundo bloque de bises, el de los hits.

Lullaby (con el añadido de un trocito de The Blood a capella al principio), The Walk, Friday I'm in Love, Doing the Unstuck, Close to Me, In Between Days, Just Like Heaven, Boys Don't Cry. Todo temazos. Todos seguidos. Todos seguramente imprescindibles. Pero, ay amigos, me parece que colocados así especialmente sobran un poco. Primero porque deslucen lo planteado en el setlist principal. Segundo, porque se han convertido en tan imprescindibles, en tan obligatorio tocarlos que da la sensación de que la única razón de tocarlos es precisamente esa, que son imprescindibles. No que el grupo quiera, no que “peguen” con el resto, no que ni siquiera apetezcan. Son esas canciones que tienen que sonar sí o sí. En cada gira, en cada concierto. Como el Satisfaction de los Stones o el Born In the USA de Springsteen. Y mira, así no. No es necesario, no es ni siquiera bonito. Y son maravillosas canciones, y las salté y grité como el que más, como cualquiera de los presentes. Sin hacer uououos ni convertir el Wizink en un campo de fútbol, eso no, como no lo había hecho en Push o en Play for Today. Porque tengo dignidad y vergüenza y no me gustan esas muestras de “ungaunguismo” que se repiten tanto de un tiempo a esta parte, en tantos conciertos. Las disfruté como un enano, vamos. pero aún así (tal y como están planteadas en el repertorio) creo que están de más.

Dos horas y tres cuartos después, el concierto terminó. Con un Robert Smith despidiéndose visiblemente emocionado, espero que no fuera síntoma de nada. Solo de la emoción transmitida y compartida por un wizink, otra vez, abarrotado, lleno de gente tan emocionada como él. Quedémonos con eso. Con que fue por esa emoción expresada. Quedémonos con eso y con que esta panda de entrañables sexagenarios lo volvieron a hacer. Como hace treinta años. Y cuarenta. Y veinte y diez, como cada vez que tocan, porque siempre es maravilloso. Siempre es emocionante. Siempre es curativo. Porque Charlotte es sometimes pero los Cure son siempre.



THE CURE * HISTÓRICO EN INDYROCK


06/03/2008. Palacio de los Deportes. Madrid.
Fotos y crónica Javier Alonso Juliá y Marina Sanz Domínguez.


 

El jueves 6 de Marzo, posiblemente quedará marcado en el calendario de mucha gente, como el día en el que vieron uno de los mejores conciertos de la banda británica The Cure. Robert Smith y los suyos han vuelto a la carretera, para presentar en directo algunos de los nuevos temas de lo que será su decimotercer álbum de estudio, "4:13", que saldrá a la venta antes de junio de este año. 
The Cure comenzó su carrera en 1976 con el nombre de "Easy Cure", formados por Robert Smith (voz, guitarra) y sus compañeros de escuela Michael Dempsey (bajo), Lol Tolhurst (batería) y Porl Thompson (guitarra). En 1978 la banda se quedó en trío y paso a llamarse "The Cure". Desde entonces esta banda ha marcado la historia de la música, con sus doce álbums, singles y recopilatorios varios, y ha marcado la vida de muchas personas en estos treinta años de existencia.

Esta nueva gira ha suscitado una expectación tremenda y la venta de entradas así lo constata. Tres meses antes se habían agotado las 15.000 entradas del Palacio de los Deporte de Madrid. La banda de Robert Smith ha vuelto en alguna que otra ocasión a nuestro país, principalmente a festivales (FIB, Santirock.), pero la ciudad de Madrid hacía siete años que no recibía su visita.
Desde horas antes de comenzar el concierto, los fans de la banda merodeaban por los aledaños del Palacio. En las interminables colas se podían ver a seguidores de todas las edades unidos por su pasión por un grupo. Sobre las 21.30 el espectáculo daba comienzo en el interior, mientras más de un tercio del público aguardaba en la calle, intentando desesperadamente acceder al recinto. Pasados cuarenta y cinco minutos desde el inicio de la actuación, el resto del público consiguió acceder y comenzar a disfrutar de las tres horas que duraría el show.

Robert smith (voz y guitarra) aparecía sobre el escenario acompañado por Porl Thompson (segunda guitarra), Simon Gallup (bajo) y Jason Cooper (batería). En esta ocasión han prescindido de los teclados y han preferido las bases pregrabadas, volviendo a su formación original de cuarteto. 

La actuación dio comienzo  con "Plainsong" y "Prayers For Rain" del álbum Disintegration (1989), que fue la columna vertebral de la primera parte de la actuación. Le siguió "A Strange Day" (Pornography, 1982) y "Alt.end" de su último trabajo homónimo hasta la fecha. 
Robert mantuvo la voz espectacularmente durante toda la velada, mientras sus secuaces hicieron las delicias del público con sus respectivos instrumentos. La estética de la actuación también fue algo que destacar, las cientos de luces disgregadas por todo el escenario, llenaron de luz y color cada uno de los temas. Las pantallas del fondo resultaron un complemento perfecto, ya que  las visuales que en ellas se proyectaron dieron forma a una de las mejores actuaciones de la banda. Se echó de menos la utilización de las pantallas del Palacio, para poder ver con más detalle a Robert y a su banda.
Pero sigamos con el setlist. "The Blood" (The Head on the Door, 1985) con un toque de guitarra flamenca hizo que los vítores hacia el grupo subieran de intensidad. "The End Of The World" (The Cure, 2004) dio paso de nuevo a los temas de su álbum "Disintegration", pero en este caso pasamos de los temas más movidos a un sucesión de temas lentos, tras los que recuperarían energías y volvería a darlo todo. "Lovesong", "To Wish Imposible Things" y "Pictures Of You" nos condujeron a uno de sus temas estrella "Lullaby", en el que el público estalló de alegría y cantó al unísono junto al grupo.
EL pop de The Cure salió a escena con los temas "Hot Hot Hot!", "Push", "Friday I'm in Love", "Just Like Heaven" y "Inbetween Days", entre los que incluyeron uno de su nuevos temas "Please Project".
La banda estuvo verdaderamente acertada en la elección de los temas, ya que el repaso que hicieron a su extensa discografía en las tres horas de su actuación, podían hacernos evocar a otros shows en los que la banda aburrió al personal, pero en esta ocasión no fue así.
"Primary" (Faith, 1981), de la época más oscura de la banda, nos dejó otro de los temas nuevos "A Boy I Never Knew", junto con otros anteriores "Never Enough" y "Wrong Number".
"One Hundreds Years" y "Disintegration" nos llevaron al final de la primera parte, ya que después nos esperarían tres bises intensos.
El primero de los bises, tras dos horas de concierto, estuvo formado por cuatro de los temas de su álbum de 1980, "Seventeen Seconds". "At Night", "M", "Play For Today" y "A Forest", con los que la banda rememoró los años en que comenzó su ascensión meteórica en el mundo de la música. Dando las gracias Robert y los suyos se retiraron al backstage durante unos segundos.
El segundo bis fue realmente especial, ya que repasaron su debut discográfico, "Three Imaginary Boys" de 1979. "Three Imaginary Boys", "Fire In Cairo", "Boys Don't Cry", "Jumping Someone Else's Train", "Grinding Halt", "10.15 Saturday Night" y "Killing An Arab", dejaron al público extasiado y realmente satisfecho.
Las luces comenzaron a encenderse y parte del público comenzaba a abandonar el recinto, pero de repente todo volvió a oscurecerse y las luces del escenario comenzaron a funcionar. Todo indicaba que la banda, saldría al escenario y así fue. Mientras el público regresaba, Robert daba las gracias emocionado ante un público que siempre les ha tratado de maravilla. El final no podía ser mejor, "Why Can't I Be You?" inundó el Palacio de grandes emociones que el público exteriorizaba cantando y bailando al ritmo de este tema festivo. Con la mano en el corazón Robert desaparecía en la oscuridad y todo terminaba.

Setlist: Plainsong, Prayers For Rain, A strange day, Alt.end, The Blood, The end of the world, Lovesong, To wish impossible things, Pictures Of You, Lullaby, Hot hot hot!!!, Please Project, Push, Friday I'm In Love, Inbetween Days, Just Like Heaven, Primary, A Boy I Never Knew, Never Enough, Wrong Number, 100 years, Disintegration.
Bis 1: At Night, M, Play For Today, A Forest.
Bis 2: Three Imaginary Boys, Fire In Cairo, Boys Don't Cry, Jumping Someone Else's Train, Grinding Halt, 10:15 Saturday Night, Killing Another (An Arab)
Bis 3: Why Can't I Be You?

FOTO: FIB 2005




The Cure "The Only One" - Single (Universal) 2008
Por Jesús S. - IndyRock
Curiosa estrategia la de Robert Smith and company, interesante sin duda. Como adelanto del nuevo trabajo de la mítica banda autora de joyas como "Close to you" o "Killing an arab", Smith y los suyos editarán cuatro singles a ritmo mensual hasta llegar al lanzamiento definitivo del nuevo trabajo. Conocedores de lo complicado que está el tema del "product placement" en el mundo discográfico de estos días, han querido tirar del alma colectora de sus fans, que podrán disfrutar de cuatro portadas diferentes, cuatro temas exclusivos, y otros cuatro inéditos que no se recogerán en el LP definitivo. Este primer single nos presenta a unos The Cure alegres y frescos, en la línea menos oscura y más festiva de una banda que siempre ha alimentado esa dicotomía, mientras que el tema extra (lo que antes llamábamos cara B) es bastante más bizarro, con un tratamiento de voces diferente y una base rítmica muy contundente. Esperemos a ver el resultado final, que decidirá si esta nueva forma de calentar al personal ha merecido la pena. 


Fotos: Ruth Segarra - IndyRock / FIB 2002
DIBUJOS INFANTILES (THE CURE/THE CURE 2004)

por Santiago Craig - IndyRock (Argentina)

En Buenos Aires, por estos días hay una exposición de Quino, el creador de Mafalda, en la que se pueden ver sus trabajos durante los últimos 50 años. Quino es como una especie de papá de todos por estos lados, un dedicado ilustrador de nuestro inconciente colectivo, si se quiere. En una de las galerías se exhibe una gigantografía de una tira en la que Guille, el hermanito menor de Mafalda, después de dibujar absolutamente todas las paredes de su casa con un marcador, le dice sorprendido a su madre: "¿Viste todo lo que tenía adentro?" Al margen de la dulzura y la gracia de esta mini epifanía gráfica, se me impuso, casi sin darme cuenta, la idea obsesiva de volver a mi casa en ese instante y escuchar algunos discos viejos, convencido de que había una simetría innegable entre esa ocurrencia mía y la de Guille. Es decir: quería ver qué tenían adentro esos espejos metálicos salpicados de arco iris híbridos e insípidos, estaba seguro de que no podía habérseles acabado la tinta y de que podía llenar con ellos la habitación de dibujos infantiles, de sombras y climas nuevos. Quería enchastrar mi pieza con esos colores ¿Pintar con sonidos? Y claro, si Rimbaud le ha puesto color a las vocales por qué yo no iba a intentar extraer colores de la música. Y fue así que empecé a mamarrachear el cuarto con lo que fui encontrando a mano. Primero comenzaron a surgir unos alienígenas estrabicos pelirrojos y dientudos encorsetados en mallas de látex  y arañas marcianas que rasgueaban guitarras luminosas al tiempo que la voz de Bowie deshacía a gritos el ascenso y caída de una fugaz estrella de rock; después empezaron a desfilar por las paredes botas de cuero brillante al compás de látigos blandos como babas azucaradas mientras un Lou Reed sonámbulo hecho con trazos quebradizos y grises que va montado en los sonidos chillones de una viola, cuenta orgías sádicas a las manchas de humedad en el techo. Nick Cave y P.J. Harvey eran dos pequeños fantasmas, dos niños muertos flotando en el viento detrás de un pájaro azul que volaba en círculos entre los libros de la biblioteca y justo a las 10:15 un ejército de peluches desollados servía de preámbulo a cuatro acordes seguidos de un riff y de un pedido de perdón mesurado, porque los chicos no lloran, se sabe, y menos estos chicos de pelos inflamados y selváticos que empezaron a saltar de todos los rincones con miradas blancas y profundas enmarcadas en rimel negro. Reminiscencias de Mark Ryden y de sus carnes sangrientas y celestiales, o de los pequeños y sombríos asesinos de Edwuard Gorey. Un circo de payasos siniestros hechos con tizas difusos por la humedad de los muros va trepando por entre mis discos y juega, y hace malabares; un corazón alado pinta THE CURE en el aire con humo negro, se van instalando en una hoja rayada que hace de portada a un CD, y aparece lo nuevo: Es un hombre, o algo así, una especie de mancha en blanco y negro sobre un charco de lápiz azul, un fantasma violeta y una especie de mago, chamán de labios rojos e hinchados, de plumas o púas blancas sobre un cráneo casi redondo. Todo dibujado, claro: el rostro de un rey atravesado por una cicatriz, figuras torpes e inconexas y la música que va desprendiéndose despacio con la voz de Robert Smith que arrugada como una bolsa de papel en un callejón va diciendo que no puede encontrarse a sí mismo, y palabras densas como "feliz" y "joven", y una guitarra y una batería que crecen, dibujadas, bosquejadas en el aura quieta de la habitación. La voz se vuelve un eco metálico en el segundo tema, y hay unos tambores que traen colores africanos y a la vez cósmicos, espaciales; una reiteración enferma de tonos sepia y amarillos; luego, un Arco Iris de guitarras blandas, anaranjado, verde y púrpura, desde donde se desprende una canción hecha de pétalos que caen sobre arenas plateadas antes de contar tres. ¿El fin del mundo? No parece, más bien, un enjambre de imágenes y gritos multicolores, desgarrados, círculos de sonidos concéntricos y lindas canciones, lindas caras pintarrajeadas, de este lado de la puerta, de este lado de un mundo dibujado que no va a ningún lado. THE CURE en negro y THE CURE en rojo. El último disco de los Cure suena una y otra vez, y las imágenes se multiplican como si llovieran espejos: son como un telón de sonido detrás de un mamarracho que grita. Ahora lo advierto: los dibujos infantiles, las letras simples y gritadas o susurradas una y otra vez en estribillos pegadizos y el nombre fácil, igual que siempre, en ese mismo lugar, chorreando de la misma lapicera, de la misma pluma arrebatada de tinta con la simple existencia de un garabato, de una firma. Y la cara de Robert Smith, casi gordo, casi simpático, que alcanza a mirarme apenas, entre los dibujos que juegan y saltan en mi habitación y parece decirme: "¿Viste todo lo que todavía tenemos adentro?" 





Totalmente oscuro, denso y atmosférico

por Rosa Isabel Vázquez (IndyRock)
27 y 28 de marzo 2002, Madrid, La Riviera

Ayer fue, por fin, el tan esperado (al menos por mí) concierto de The Cure. Las expectativas eran buenas ya que su último disco es realmente un gran trabajo. Robert Smith no nos descubre nada nuevo, pero vuelve a sus temas oscuros, a los que nos engancharon a muchos en su momento. Dice que con bloodflowers ha cerrado la trilogía pornography-desintegration. Es posible, aunque a mi me da la impresión que la cosa no es tan exacta, y que habría más albumes implicados. En cualquier caso, memorable concierto. La entrada parecía cara, pero ellos no escatimaron nada. Más de dos horas y media de espectáculo, y el público seguía pidiendo más y más temas. A Robert y los suyos se les vió disfrutar y entregarse, no en vano era el primer concierto de la gira, y esa frescura tenía que notarse. Aparte de temas de su nuevo disco, hicieron muchas canciones de las más rebuscadas, algunas realmente antiguas, de sus anteriores y más gloriosos álbumes (seventeen seconds, faith, pornography, the top, the head on the door, kiss me kiss me, desintegration, wish, ...), por supuesto evitaron el bochorno de hacer algo del fallido wild mood swings. De hecho parecía la réplica con retintín a tanta crítica feroz, ya que el concierto, totalmente oscuro, denso y atmosférico, no le dió ninguna oportunidad a su faceta más pop, y muchos se quedarían con las ganas de escuchar el mítico boys don't cry, o incluso el supercomercial friday i'm in love. Sí nos regalaron pictures of you, y para cerrar, ya en su segundo bis, un the forest que emocionó a todos, y que nos dejó con la miel en los labios y con ganas de más. Seguramente será la última gira de los cure, y el habernos dejado con tan buen sabor de boca es clave para tantos que pasamos la adolescencia vestidos de negro, cardándonos el pelo y sobre todo sintiéndonos diferentes mientras escuchábamos a Robert Smith y los suyos.

....

THE CURE - BLOODFLOWERS
A lo largo de 20 extravagantes años y 20 extraordinarios albumes, The Cure lo han hecho todo en su propio e inconfundible estilo. Libres, independientes, obstinados, sin limites, la banda ha pasado la mayor parte de su carrera creando y explorando en los extraños lugares donde los mundos de la música popular y lo alternativo entran en conflicto. Han desarrollado un abanico de sonidos y estilos único y característico, y en dicho proceso han creado un patrimonio de música contemporánea absolutamente genial.

Con más de 27 millones de albumes vendidos, los logros de The Cure han sido increíbles en todos los sentidos. Aun así, mientras que incluso la más creativa de las bandas normalmente realiza su mejor trabajo en los primeros años, The Cure han continuado creciendo y sorprendiendo con cada lanzamiento, continuamente añadiendo capítulos nuevos, inusuales y esenciales a su improbable historia.
Al entrar en su tercera década, la banda presenta lo que es indudablemente su trabajo más poderoso hasta la fecha, "Bloodflowers", su decimotercer álbum de estudio. Exhibiendo una coherencia, intensidad y profundidad emocional que a veces es asombrosa, "Bloodflowers representa todo lo que The Cure hacen mejor. La banda se encuentra en la cumbre de su poder, y la actual formación, con cinco años de antigüedad, es indiscutiblemente mas fuerte que nunca; el cerebro de The Cure, Robert Smith (voz,guitarra), Simon Gallup (bajo), Perry Bamonte (guitarra), Roger O´Donnell (teclado) y Jason Cooper (batería).

El álbum ha sido coproducido por Robert y Paul Corkett, y pretende ser el final de una trilogía que comenzó con el lanzamiento en 1982 del álbum, "Pornography", y que continuo con el lanzamiento en 1989 de "Disintegration". Pasando de la nostalgia melancólica y la introspección abierta a la rabia impotente y la desesperación indefensa, "Bloodflowers" es fundamentalmente un intento de resolución. Interpretado con una sensibilidad musical que es absolutamente conmovedora, la claridad emocional y lírica se combinan para provocar la incomoda sensación en el oyente de que este pudiera ser el a menudo anunciado "ultimo" disco de The Cure. 
...Todo comenzó en 1979 cuando Robert, un estudiante de 17 años en el colegio St Wilfrid´s, en Crawley, Sussex, formo la banda The Easy Cure con sus compañeros de colegio Michael Depsey (bajo), Lol Tolhurst (batería) y el más conocido guitarrista de la localidad, Porl Thompson. El cuarteto comenzó a componer y grabar maquetas inmediatamente, y rápidamente se hizo con un amplio repertorio de material original que incluía clásicos como "Killing an Arab" y "10:15 Saturday Night".

A comienzos de 1977 el joven grupo había ganado un concurso nacional, La Batalla de las Bandas, organizada por el sello Ariola-Hansa que hubiera llevado al lanzamiento de un sencillo y álbum de debut si no hubiera sido por la naturaleza condenada al fracaso de la relación, Hansa veía a The Easy Cure como un grupo pop sin experiencia y maleable, pero incluso en estos primeros momentos, el testarudo Robert tenía otras ideas.... Al cabo de un insatisfactorio año las dos partes se habían separado sin que nada se hubiese lanzado.

Frustrados pero sin darse por vencidos, en 1978 se deshicieron de la palabra Easy en su nombre y a la vez se separaron de Porl, y un motivado trío ahora conocido simplemente como The Cure envío una demo de 4 canciones a varias compañías discográficas. Rápidamente obtuvieron una entusiasta respuesta por parte del A&R de Polydor, Chris Perry, y The Cure firmo con el nuevo sello Fiction ese mismo septiembre; esta vez sería una larga relación, desde entonces han permanecido juntos. Inmediatamente comenzaron a trabajar en su primer sencillo y álbum, con el ingeniero Mike Hedges, y "Killing an Arab" se lanzo a través de un trato con el sello Small Wonder en diciembre.

En Enero de 1979 se lanza de nuevo con Fiction, inmediatamente después llego el álbum "Three Imaginary Boys", y la extraña y seductora mezcla de imágenes obscuras y música angular causo controversia y comentarios de todo tipo. Al álbum siguió un largo periodo de gira por el Reino Unido, durante el cual The Cure actuaron con otras bandas promesa de la época como Wire, Joy Division y The Jam. Se lanzaron otros dos sencillos no incluidos en albumes, "Boys Don´t Cry" y "Jumping Someone Else´s Train", así como un par de "grabaciones extras con las bandas "The Obtainers" y "Cult Hero". El sencillo, "Boys Don´t Cry" tuvo un éxito relativo en EE.UU. por lo que "Three Imaginary Boys" fue retocado y retitulado "Boys Don´t Cry". Durante este periodo también se inicio la larga relación entre The Cure y la banda Siouxsie and The Banshees, puesto que en los dos días de su actuación como teloneros en la gira por el Reino Unido de Banshees a finales de 1979, Robert se vio tocando dos conciertos por noche, al tener que reemplazar al guitarrista de Banshees, John McKay. Al final de este increíblemente ajetreado periodo, ciertas diferencias, sutiles pero irresolubles provocaron la marcha de Michael Dempsey.

Simon Gallup (bajo) y Matthiew Hartley (teclado) se incorporaron, y a principios de 1980 el cuarteto se dedico a experimentar en el estudio durante dos semanas. Con Mike Hedges como coproductor, la banda decidió explorar el lado más oscuro de la composición de Robert, y de ahí surgió el clásico minimalista "Seventeen Seconds". Un álbum de extraordinaria claridad y gracia, del que se extrajo el peculiar y casi cinemático "A Forest", que se convirtió en el primer verdadero éxito de la banda, y llevo a una aparición en Top of the Pops y a la entrada en las listas inglesas en el N.20. The Cure comenzó entonces una extensa y emocionante gira mundial por Europa, EE.UU., Australia y Asia. Lamentablemente, la presión de un año tan frenético resulto ser demasiado para Matthieu Hartley, que se vio obligado a abandonar la banda.

De nuevo convertidos en trío en la primavera de 1981, The Cure, con Mike Hedges otra vez como coproductor, grabaron "Faith", un álbum de sonidos desnudos y desolados que evocaba un mundo de desintegración y miedo. La banda también completo una banda sonora instrumental para el vídeo de apoyo a la gira,"Carnage Visors". "Faith" alcanzo el N.14 en las listas inglesas y produjo otro sencillo de éxito, el insistente "Primary". La gira mundial Picture Tour que vino a continuación fue una experiencia intensa para todos, y para cuando se lanzo el sencillo, "Charlotte Sometimes", en octubre, la banda se merecía un descanso.

Pero el descanso era algo que no estaba en la agenda. En vez de ello, a principios de 1982, The Cure volvieron al estudio para producir un álbum junto con Phil Thornalley, que seria la culminación de su cada vez más morbosa fascinación con lo sombrío, la desesperación y la decadencia. "Pornography", lanzado en mayo, era puro e implacable nihilismo, e irónicamente fue el primer álbum de The Cure que entro entre los Top 10 de las listas, con el N.9. Sin embargo, la gira "The Fourteen Explicit Moments", dejo ver a una banda cada vez más voluble y violenta, y para cuando el sencillo "The Hanging Garden" se lanzo, Simon Gallup había abandonado la banda. Después de haberse empujado a si mismo y a aquellos que le rodeaban más allá de los limites del exceso, Robert se dio cuenta de que había llegado la hora de la verdad, y que la única manera de distanciarse de todo lo que el grupo había llegado a ser era hacer música más alegre de nuevo. Y eso es lo que hizo con "Let´s Go To Bed", de aire fingidamente disco y un éxito instantáneo, aunque inesperado, en América. La alineación de The Cure pasaba todavía todavía por momentos de desorden, el sencillo se grabo con el batería Steve Goulding, de la banda Wreckless Eric, puesto que Lol Tolhurst se había pasado al teclado, pero durante la grabación del vídeo promocional se forjo otra relación clave para The Cure, la colaboración con Tim Pope fue otra relación que resistiría el paso del tiempo.

The Cure continuaron redefiniéndose a sí mismos en 1983 con el dance electrónico de "The Walk" (N.12 en UK) y el estilo jazz demencial de "The Lovecats", que se convirtió en el primer sencillo de la banda que entraba en los Top 10, alcanzando el N.7. Robert sintió que su decisión había sido correcta: él había pasado por la rabia y la desesperación de "Pornography", y con el lanzamiento de estos tres sencillos totalmente diferentes, había cambiado completamente la percepción que todo el mundo tenía de The Cure. El año 1983 se vio interrumpido por las obligaciones de Robert con la banda Banshee, Robert salió de gira con ellos y colaboro en la composición y grabación de sus albumes "Hyaena" y "Nocturne", además de completar el álbum "Blue Sunshine", que resulto de un proyecto experimental con Steve Severin, de Banshee, bajo el nombre de "The Globe". Los tres sencillos de The Cure y sus caras-B se recopilaron en el álbum "Japanese Whispers" en diciembre. 
En 1984 se lanzo "The Top", aunque anunciado como un álbum de The Cure en realidad Robert interpretaba todo excepto la batería. El resultado era una alucinógena mezcla con la que la banda se encamino de nuevo hacia los Top 10, consiguiendo además un sencillo entre los Top 20 con el lanzamiento del psicodélico "The Cartepillar". Robert también grabo por entonces el sencillo de Tim Pope "I Want To Be A Tree". La gira mundial "Top Tour" presentaba a una formación en directo formada por, Andy Anderson (batería), Phil Thornalley (bajo), y Porl Thompson (de nuevo a la guitarra), la banda aparentemente funcionaba de nuevo e iba por buen camino. Pero por una serie de motivos, para el final de la gira tanto Andy Anderson como Phil Thornalley habían abandonado la banda, Boris Williams (batería) y Simon Gallup (bajo) les reemplazaron.

La nueva formación comenzó a trabajar para "The Head On The Door" (1985) con entusiasmo, ardor, y la sensación de que "algo había cambiado"... Variado y diverso, pero imbuido con una maravillosa sensibilidad pop, "THOTD", coproducido con Dave Allen, alcanzo el N.7 en las listas inglesas. El vibrante sencillo "Inbetween Days" fue seguido por "Close To Me", y por otra brillante colaboración con Tim Pope, en la que aparecían los cinco miembros de la banda inexplicablemente atrapados en un armario, que se balanceaba sobre el famoso precipicio de Beachy Head (lugar de numerosos suicidios).

"THOTD" había llegado al N.59 en las listas Billboard americanas, y la gira mundial que siguió, junto con la creciente devoción de los fans de todo el mundo prepararon el camino para el éxito masivo de la impecable colección "Standing On A Beach". Lanzado en mayo de 1986, el título se había tomado de la primera estrofa de "Killing An Arab", e incluía todos los sencillos y caras-B de The Cure hasta la fecha. Como complemento se lanzo la versión en vídeo de la recopilación, "Staring At The Sea". Estos lanzamientos, junto con otra extensa gira mundial que incluyo la primera actuación como cabeza de cartel en Glastonbury, contribuyeron a preparar a la banda para el éxito mundial. El álbum entró en los Top 50 en América, y los medios de aquel país descubrieron de repente a Robert Smith. Una publicación le califico como el "Kate Bush masculino", y cuando él se corto su famoso flequillo, en un arranque de rabia, el asunto salió en las noticias de MTV, "News On The Hour". "Boys Don´t Cry" se relanzo como sencillo, reinterpretado y remezclado, y el año de giras y festivales sin fin, se vio coronado en agosto con la película de Tim Pope, "The Cure In Orange", lanzada en cine y vídeo la siguiente primavera.

En 1987, The Cure sacaron un ambicioso álbum doble titulado "Kiss Me Kiss Me Kiss Me". Musical y líricamente más amplio que nada de lo que habían intentado anteriormente, el punto fuerte del álbum, coproducido de nuevo con Dave Allen, estaba en su extrema diversidad y extraordinario abanico estilístico. La banda pasaba sin esfuerzo aparente de la belleza de ensueño al horror de pesadilla. Del álbum se extrajeron sencillos de éxito como "Why Can´t I Be You?", "Catch", "Just Like Heaven", y "Hot, Hot, Hot!!!", todos acompañados por imaginativos videos de Tim Pope. Con la incorporación de Roger O´Donnell al teclado, el sexteto viajo por todo el mundo desde julio hasta diciembre con la exitosa gira "Kissing Tour". 
En 1988 la primera década de The Cure quedo oficialmente documentada con la biografía "Ten Imaginary Years", y la banda se tomo unos bien merecidos meses de descanso. Cuando se reunieron de nuevo para grabar nuevas maquetas, se hizo obvio que la posición cada vez más difícil de Lol Tolhurst en el grupo era insostenible, y su marcha se hizo tristemente inevitable.

Su salida fue seguida por el lanzamiento en 1989 del maravilloso "Disintegration". Coproducido otra vez con Dave Allen, el álbum era un clásico trabajo de lúgubre grandeza y melancólico poder. Entro en las listas inglesas en el N.3, y dio origen a cuatro sencillos que se metieron entre los Top 20, "Lullaby" (que también obtuvo un premio como Mejor Vídeo en los Brits), "Fascination Street", "Lovesong" y "Pictures of You". La sensacional gira "Prayer Tour", dio lugar a algunas de las mejores interpretaciones de la historia de la banda. La ronda Europea incluyo, entre otros muchos shows memorables, tres sensacionales noches en el estadio Wembley, mientras que en la ronda americana se lograron llenos totales en los estadios Giants y Dodgers.

A principios de 1990 Roger O´Donnell abandono la banda, y Perry Bamonte, amigo y roadie de la banda desde mucho tiempo le reemplazo. The Cure fueron cabeza de cartel en varios festivales europeos, incluyendo Glastonbury por segunda vez, entregaron los royalties de su álbum en directo, "Entreat", a sus asociaciones benéficas preferidas, grabaron el sencillo "Never Enough", y lanzaron "Mixed Up", una colección de remezclas nuevas y antiguas de gente como Mark Saunders y William Orbit. El álbum también incluía una remezcla del clásico de Paul Oakenfold, "Close To Me", y alcanzo el N.13 en Gran Bretaña y el N.14 en EE.UU.



En febrero de 1991, The Cure finalmente habían logrado el debido reconocimiento en casa, con el Premio Brits como "Mejor Banda Británica", y lo celebraron filmando una actuación secreta en Londres bajo el nombre de "Five Imaginary Boys", en la que interpretaron 4 canciones nuevas que pasarían a formar parte de su siguiente álbum. También lanzaron "Playout", un vídeo en directo que contenía fragmentos de esta actuación además de otras extrañas actuaciones en TV.

"Wish" fue considerado en 1992 como el mejor trabajo de The Cure hasta la fecha. De nuevo trabajando con Dave Allen como coproductor, el álbum, cargado de guitarras era de gran atractivo, diverso, rico, mostrando múltiples facetas. Entró directamente en el N.1 en las listas inglesas y en el N.2 en EE.UU. Tres fabulosos sencillos se extrajeron del álbum, "High", "Friday I´m in Love" y "A Letter To Elise". Fue otro año fenomenal para The Cure, la caleidoscopica gira "Wish Tour" llevo de nuevo a la banda por todo el mundo, actuando ante llenos totales por todas partes, desde el Wellington Town Hall en Nueva Zelanda hasta el Dallas Texas Stadium...

La fuerza y emoción de la gira "Wish Tour" inspiraron el lanzamiento de dos trabajos en directo en 1993, "Show" y "Paris". "Show", un doble álbum, además de película de cine y vídeo, capturaba a la banda sobre el escenario de Detroit interpretando "todos los éxitos y más"; mientras que "Paris", una edición limitada, presentaba a la banda en directo en la capital francesa interpretando una colección de temas más ecléctica. Inmediatamente después de la gira, el guitarrista Porl Thompson abandono la banda otra vez, (esta vez con una sonrisa!), y el cuarteto The Cure fueron cabeza de cartel en el show "Great Expectations", en Finsbury Park, Londres, a beneficio de XFM. La banda también aporto el tema "Burn" a la banda sonora de la película "The Crow", y versioneo el tema "Purple Haze", para el álbum tributo a Jimmy Hendrix, "Stone Free".

La grabación de material nuevo resulto entorpecida en 1994 por una demanda judicial instigada por Lol Tolhurst, y finalmente resuelta en otoño por el Tribunal Supremo a favor de los demandados Robert Smith y Fiction Records, y por la inesperada marcha del batería Boris Williams. Después de un periodo de audiciones, Jason Cooper se acomodo tras la batería , mientras que Roger O´Donnell volvía al teclado. 
En 1995 The Cure aportaron el tema "Dredd Song" a la banda sonora de la película "Judge Dredd", además de versionear el tema de Bowie "Young Americans" a beneficio de XFM. Interrumpieron la grabación de temas nuevos con el coproductor Steve Lyon para ser cabeza de cartel en importantes festivales europeos, incluyendo, por tercera vez, la vigesimoquinta edición de Glastonbury. La banda finalmente regreso al estudio (una mansión en el campo propiedad de Jane Seymour) para finalizar el nuevo álbum a tiempo para Navidad.

En enero de 1996 The Cure fueron cabeza de cartel en los dos festivales Hollywood Rock de Sao Paulo y Río de Janeiro, regresando al Reino Unido para el lanzamiento del álbum "Wild Mood Swings". Aunque la magnitud y escala de su diversidad descoloco a mucha gente, el álbum fue directo a los Top 10 de todo el mundo. The Cure salió a la carretera con la gira "The Swing Tour", la mas grande hasta la fecha, y mientras que los cuatro sencillos ,"The 13th", "Mint Cat", "Strange Attraction" y "Gone" recibían un recibimiento clamoroso, la banda realizaba más de 100 extraordinarios conciertos ante entusiastas audiencias por todo el mundo.

En enero de 1997, Robert fue invitado a actuar en la fiesta de cumpleaños de David Bowie, celebrada en Madison Square Gardens, Nueva York, y se sintio emocionado al cantar y tocar un par de canciones en el escenario con el único idolo viviente de su juventud...Mas adelante durante ese año se lanzo "Galore", en álbum y vídeo, una colección de los sencillos de la segunda decada de The Cure, incluyendo el nuevo tema "Wrong Number". The Cure encabezaron numerosos festivales en América y Europa, además de actuar en directo en varios shows de televisión en todo el mundo.

A comienzos de 1998 Robert intervino en un episodio de la serie de TV "South Park", salvando al mundo del diabólico Mecha Streisand, además de grabar la canción "A Sign From God", para la película "Orgazmo", de Trey Parker/Matt Stone. The cure también grabaron "World In My Eyes", para un homenaje a Depeche Mode, y "Something More Than This" para el álbum "X-Files". Durante el verano encabezaron otros 12 festivales europeos, realizaron una actuación secreta en Londres para la competición Blind Date, patrocinada por Miller Beer, y regresaron a la mansión de Jane Seymour para grabar un nuevo álbum con Paul Corkett (Depeche Mode, Placebo, Nick Cave) como coproductor. 
En 1999 la banda finalizo la grabación y mezcla en los estudios RAK de Londres y Fisher Lane Farm, en Surrey, y con el nuevo álbum, "Bloodflowers", terminado fueron a Nueva York para grabar el programa Hard Rock Live, de la cadena de televisión VH1, cuya programación esta programada para la primavera del 2000. Robert comenzó entonces una campaña de promoción global utilizando TV, radio, imprenta e Internet para hacer correr la voz... 
...de que "Bloodflowers" es, en su opinión, el álbum de The Cure perfecto. 



Discografía
Three Imaginary Boys (1979)
Seventeen Seconds (1980)
Faith (1981)
Pornography (1982)
The Top (1984)
The Head on the Door (1985)
Kiss Me, Kiss Me, Kiss Me (1987)
Disintegration (1989)
Wish (1992)
Wild Mood Swings (1996)
Bloodflowers (2000)
The Cure (2004)
4:13 Dream (2008)
Songs of a Lost World (2023)




INDYROCK MAGAZINE
CONCIERTOS
     Agenda
FESTIVALES
     Agenda
ANUNCIOS
     Tablón
CONCURSOS
     Rock, pop...
PRODUCTORAS
     Salas, estudios,      locales...
GRUPOS
     En IndyRock



VIDEOCOLECCIÓN INDYROCK * ARCHIVO HISTÓRICO


JOYAS DE INDYROCK

'Pioneros en la era de las redes' 
Grabaciones de directo de grupos que marcaron las pautas de la música alternativa a lo largo de dos décadas. 







INDYROCK * SERVICIOS MUSICALES

Los datos que necesitas conocer sobre:

Productoras Estudios
Locales de ensayo 
Salas de conciertos
Tablón de anuncios
Concursos
Academias de música
Realización de clips

NOTICIAS DE ROCK LATINO 
INDYROCK * INICIO


PROMOCIONATE EN INDYROCK
¿Quieres dar a conocer tu trabajo?


Te ofrecemos la plataforma de IndyRock para promocionar tus eventos, grupos, discos, salas y tus productos mediante el sistema de páginas informativas y espacios esponsorizados. Si eres músico, empresario musical... es la forma más eficaz y rápida de dar a conocer tu oferta, con tarifas especiales. Contacta con nosotros




Copyright IndyRock ©
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS
Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin autorización previa, expresa y escrita, incluyendo, en particular, su reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa, blogs, páginas personales, con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, y las no comerciales y sin ánimo de lucro, a la que se manifiesta oposición expresa. Leer más y Política de privacidad


CONTENIDOS

Agenda de conciertos
Agenda de Festivales
Agenda de sesiones
Concursos
Noticias
Noticias de rock latino
Productoras
Tablón de anuncios
Locales de ensayo
Salas de conciertos
Estudios de grabación


INDYROCK MAGAZINE

Email:
info@indyrock.es
jegomez@indyrock.es
Phone: + 34  680 92 55 14  

Dirección y edición
Juan Enrique Gómez

Merche S. Calle

NO NOS ENVÍES CDs
Preferimos un link de descarga



 CONTACTAR CON INDYROCK MAGAZINE



INDYROCK