1001 MÚSICAS * TEATRO DEL GENERALIFE
MARÍA JOSÉ LLERGO, BELLEZA Y RAZA A LA VANGUARDIA DEL FLAMENCO
Su propuesta es diferente, atemporal, aúna un bagaje flamenco a la vez que vanguardia que
coquetea con la electrónica
Teatro del Generalife. 1001 MÚSICAS - 20 septiembre 2024
LUIS MIGUEL ALBARRACÍN * Crónica* INDYROCK
ANTONIO RODRÍGUEZ GUIRAO * Fotos
Si hay una artista que está recorriendo su camino paso a paso y merece una atención
especial en la actualidad musical es la cordobesa María José Llergo. Su propuesta es diferente,
atemporal, aúna un bagaje flamenco a la vez que vanguardia que coquetea con la electrónica,
ultrabella por fuera y por dentro. No dispone de pantallas, de una legión de músicos ni de una
cantidad ingente de discos para defender un show lleno de sensibilidad, fuerza, raza y mucho,
mucho malaje.
Tras la sintonía y luces en rojo llenó el escenario de los conciertos de las Mil y
una Músicas la artista de Pozoblanco (criada en la calle Federico García Lorca, no podía ser en
otra). Vestida de blanco y descalza, "Ultrabelleza" sonó como un torrente, comenzando su fusión
con el público con un "muchísimas gracias" y un "cómo está mi Graná". De esta manera llegaron
"Superpoder" y "Visión y reflejo", con una María José muy emocionada, confesando que la mayoría
de las canciones de su último álbum habían sido compuestas en Granada, haciendo referencia a
Lorca y a Morente. Tras "Me miras" llegaría uno de los momentos íntimos de la noche. Con la
presencia de Juan Habichuela Nieto, María José regaló unas seguiriyas muy bien acompañada.
"Contigo siento que mi cante vuela" fueron las palabras de María José, y diciendo que ella
"estaba en un embrujo".
"Juramento" y "A través de ti" nos llevaron a "Malaje", donde Llergo demuestra toda
su fuerza tirando un taburete al suelo y expresando todo lo que guarda dentro. Cada tema era una
radiografía de ella, se muestra tal cual es, sin miedo a ser descubierta, los seres de luz son
así. "La luz" fue otro momento emotivo por encontrase su madre entre el público, dedicándole el
tema también a su abuela, haciéndonos partícipes así de su humanidad, naturalidad y sencillez.
"Tanto tiempo" (con el regalo de "Sabor a mí" incluida en ella) nos mecía y el público ya estaba
metido en el bolsillo. Con "Tencontrao" las palmas de los presentes se hicieron cómplices y
"Lucha" sacó a relucir de nuevo que tenemos María José para rato, que su carrera sólo acaba de
empezar, que es un diamante en bruto y le queda mucho por transmitir y emocionar.
La parte gruesa de su actuación ya había pasado, pero aun quedaban momentazos que
vivir en el Teatro del Generalife. Con "Aprendiendo a volar" y un "yo soy necesaria pero
vosotros más", demostró una vez más su expresividad vocal y corporal, para así desaparecer
entre sus músicos. Tras una caricia del piano, María José apareció por la parte opuesta al
escenario, para removernos un poco más (si esto era posible) con un "Pena, penita, pena" que
hizo cómplices a todos, deslizándose de un lado a otro de las butacas, con algunas lágrimas
entre el púbico, y un ciclón recorriendo los pasillos de un Generalife que no podía disfrutar
más.
A priori "Rueda, rueda" sería el colofón a una gran noche, pero Llergo se arrancó
con "La estrella" de Enrique Morente. De ahí a que Juan Habichuela Nieto volviera al escenario
había sólo un paso. Juntos interpretaron "Al gurugú", en un arrebato de arte y belleza que nos
acompañará durante mucho tiempo. Esta vez el embrujo de la Alhambra le perteneció a María José
Llergo.
INDYROCK MAGAZINE
CONCIERTOS
Agenda
FESTIVALES
Agenda
ANUNCIOS
Tablón
CONCURSOS
Rock, pop...
PRODUCTORAS
Salas, estudios,
locales...
GRUPOS
En IndyRock