MIGUEL MARCOS, LE VOYEUR, 'POPNOGRAFÍA': "NECESITO EL
VERSO PERFECTO"
AUDIO ENTREVISTA, PRESENTACIÓN DEL ÁLBUM DE 2020,
'POPNOGRAFÍA"
SENDOA BILBAO * INDYROCK
Le Voyeur, el proyecto musical de Miguel Marcos, presenta su
nuevo disco, Popnografía. Una taxonomía ontológica de
referencias populares que van de lo carnal y a lo divino, un
reflejo de una sociedad intelectual y presuntuosa.
El sonido de Le Voyeur evoluciona desde el kraut profundo y
personal de su disco anterior a la electrónica analógica en
este nuevo álbum. El mensaje remueve nuestras conciencias
conectadas y la electricidad musical nos empuja a la pista de
baile.
Llama la atención cómo siendo una obra creada en un contexto
normal y pre-covid, sus mensajes adquieren tintes proféticos
que escuchados hoy enlazan totalmente con la realidad de un
ecosistema pandémico. La fotografía de una sociedad
hiperconectada pero con muchas taras humanas y sociales.
La campaña de presentación y promoción del disco tuvo que
atrasarse pero en estos últimos meses nos han ido
mostrando el disco single a single
y han sabido adaptarse y aprovechar todos los medios a
su alcance, presentaciones en streaming e incluso conciertos
en directo con todas las medidas médicas necesarias.
AUDIO ENTREVISTA * FRASES, COMENTARIOS...
“El disco surge de la necesidad de atravesar el túnel que
fue el anterior disco (“Episodio Aparentemente Letal”) que
tuvo un final feliz. El desprenderme de esa exigencia
conceptual de contar una historia me llevó a a crear varias
historias dentro de un disco. Quería que hubiera varias
dosis de baile pero también una buena parte de crítica al
consumo y un inventario de referencias pop. Una enciclopedia
que hablara desde gente como Rubik hasta Warhol, pasando por
el Bosco o Dalí. En lo musical se advierten de forma sonora
guiños que van desde Bowie o Talking Heads hasta los Sex
Pistols. El concepto se fue armando como una especie
de puzzle el que cada pieza pudiera vivir por sí misma pero
que a la vez, construyeran un pequeño universo, una distopía
en la que el consumo pop dominase el mundo. Una especie de
aventura ballardiana, un High Rise donde todo el mundo
consume pop y hay crítica social entre los de arriba y los
de abajo”.
“Hay una intoxicación buscada, una intencionalidad de
horror bacui en la que el oyente encuentre pequeños secretos
cada vez que lo escuche. Es algo que me pasa con grandes
discos y siempre he querido llegar a ese nivel. Te hablo por
ejemplo del “Remain in lights” de los Talking heads o del
“BlackStar” de Bowie. Son una especie de viajes profundos
que exigen muchas escuchas. Hay un planteamiento de
reeducación, no me vale con cerrar una canción y estar solo
al ochenta por ciento a nivel lírico. Necesito el verso
perfecto y su referencialidad debe asumir todo el control de
los tres estados de composición: desde primero el literal al
metafórico (segundo estado), después al tercero que es el
contextual y referencial. Es un disco que viaja desde lo más
literal y ahí ya funciona muy bien porque es bailable, pero
cuando ya entras en el segundo estado, en lo metafórico, que
son las propias formas de la lírica de la canción,
encuentras figuras retóricas y ves de donde vienen. Ahí ya
puedes disfrutarlo en todas las alturas y cuando vislumbras
toda la enciclopedia referencial que guarda el álbum, llega
un punto en el que todo se dispara y el total cobra
sentido“.
“Nunca se parte desde una hoja en blanco. Vivimos la
creación como un continuo reciclaje. Seguimos reescribiendo
La Odisea de Homero todos los días. Es imposible salir de la
nada. Siempre estamos tirando de un hilo invisible que te va
llevando de un sitio a otro, pero ese hilo nunca lo has
soltado desde que naces. Es un background, es tu vida y en
mi caso me muevo de forma creativa en todo lo que conlleva
mi trabajo: doy clase de música, compongo, produzco, o si
hago una crítica de un disco o una entrevista como
periodista. Es interesante pensar que todo lo que estamos
haciendo ha sido ya contado de otra manera. Para que la
forma original supere a la copia debes volcar todo lo que
has aprendido sobre una idea preestablecida”.
“Tenía muy claro que quería un mundo lleno de
sintetizadores, quería que las guitarras dieran un paso
atrás (mi mundo es el de las guitarras y venía cansado de
ese sonido) . Por otro lado, quería expresar una sensación
de baile en el fin del mundo. Llevar toda esta sobrecarga a
un terreno amable y que funcionara a todos los niveles. Una
especie de loop que estableces con el oyente para que
escuche y reescuche algo. Es premeditado, no es un disco que
haya surgido de una manera constructivista y que una cosa me
haya llevado a la siguiente. El concepto estaba muy claro
antes de la creación de las canciones. Es más, algunas
canciones se quedaron fuera porque no entraban en ese
concepto”,