
Fotos:
Ruth Segarra - IndyRock
FIB 2002
"Cuando termines con todo, habrá terminado contigo"
(Acuarela, 2001) es el título del primer trabajo de Aroah.
Bajo este nombre se esconde Irene R. Tremblay, una jovencísima
songwriter que con apenas veinte años ha grabado un Ep de
debut que enarbola la bandera del folk norteamericano y del
pop más agridulce.
Entrevista por Luis Benito - IndyRock (2001)

-Bueno, todavía hay mucha gente que no ha oído hablar de
ti. Cuéntanos, ¿Quién es Aroah?, ¿Cuál es su mundo?
Aroah no es alguien, es algo. Es una idea de Irene.
-
¿De dónde viene tu afición por la música? ¿Cómo te defines?
¿Te gustan artistas como Cat Power, Will Oldham o Damien
Jurado?
Ojalá supiera por qué me gusta tanto la música, pero es algo
constante y absoluto en mi vida. Sé que viene de lejos, desde
que apenas podía andar y me arrimaba a los bafles del equipo de
música para sentir las vibraciones, ¡me mareaba! Cuando mis
padres eran más jóvenes ponían la música muy alta, tenían una
buena colección de discos (unos mejores que otros) y yo la robé.
No sabría definirme en este contexto, el musical, me gustan
muchísimas cosas y muy diferentes. Consumo música
compulsivamente, ¿o me consume a mí?, no sé. De las cosas que me
gustan, Cat Power es una, Will Oldham otra... Si no hubiera oído
aquel disco de Palace Brothers hace varios años quizás no me
habría atrevido a grabar una maqueta de forma tan precaria
(Luge) - sobre todo en un momento en el que los grupos envían
maquetas tan profesionales a los sellos - o puede que sí o
hubiera hecho, ¿quién sabe?
-
A pesar de tu edad tu música parece muy adulta, ¿Cuáles son
tus fuentes de inspiración? ¿Quiénes son tus compañeros de
viaje en la complicada odisea musical?
Intento ser sincera en mis canciones. Quizás lo poco adulto sea
no ser sincera. Cuando eres joven tienes miedo a la verdad, a
qué dirán de ti si reconoces ese miedo o sentirte insegura ante
cosas que los demás ya dan por hecho. Lo único que pretendo es
no dejarme intimidar por la presión que ejerce ser joven y que
te hace querer esconderte del mundo.
Me inspiro en lo que siento, intento hablar de las cosas que
conozco. Mostrar lo que soy, lo que pienso... Al final todo es
terapia. Es bueno hacer canciones. Me hace sentir bien. Es un
alivio. Así que realmente se podría decir que no existe
verdaderamente una inspiración para hacer canciones, sino una
necesidad de componerlas.
-
Siempre sorprende que una persona de 20 años proporcione a
su música, en principio reflejo de su vida, un tono agridulce
y triste... ¿Por qué son tan sobrecogedoras tus canciones?
¿Por qué decides renunciar a la luz del sol?
No creo que sea una persona triste ni nada por el estilo, pero
sí que tengo cierta tendencia a hurgarme las heridas. De todos
modos, digo esto y recuerdo tantas entrevistas que he leído con
compositores que la gente considera 'tristes' en la que estos
afirman "Si yo soy una persona muy feliz".
Como ya he dicho - aunque en otras palabras y en relación a otra
cosa - no tengo un plan, así que tampoco puedo explicarlo.
-
¿Cómo te sientes más cómoda cantando en inglés o en
castellano? ¿Crees que es interesante que compagines ambos
idiomas?
En principio tengo querencia por el inglés, por muchas
razones: es lo que hablamos en mi casa, oigo mucha música en
inglés y al principio (creo que cada vez menos) prefería que la
gente no entendiera lo que estaba diciendo.
Cuando empecé a componer en castellano fue un experimento, así
que puedo decir que siempre me ha parecido interesante, tanto
para jugar como para cosas más serias; me gustan las reacciones
de las personas al oírme cantar en castellano. Mi madre es
americana.
-
"Luge" es el nombre de la maqueta que cautivó a Jesús
Llorente (Acuarela). ¿Qué tiene "Luge"? ¿En qué se diferencia
(además de en la calidad de sonido) de tu nuevo trabajo?
En "Luge" el proceso fue darle a un botón y ponerse a tocar,
incluso cuando estaba grabando la maqueta no pensaba en que
alguien más fuera a oírla. He grabado un EP precisamente porque
no sabría como iba a ser, un disco habría sido demasiado. En
este caso he escuchado a las personas que han trabajado conmigo,
me he dejado impresionar por las posibilidades que tiene grabar
en un estudio y con gente dispuesa a acompañarte... De tocar
sola a tener a tres o cuatro personas a tu alrededor hay un gran
salto.
En cuanto a lo que es el disco en sí, creo que tiene sentido
para mí y que lo tendrá en el futuro, espero que los demás
opinen igual. El salto es grande, pero hay que arriesgarse e
incluso aprender a controlar tus propios prejuicios. Cuando
grababa las maquetas sentía vergüenza por la falta de arreglos,
cuando llegué a grabar el disco supe que esa fase de mi música
ya la había recorrido y que era hora de aprender cosas nuevas.
Me gusta la novedad, me aburro muy rápido.
-
Me imagino que estará encantada con el resultado del ep,
háblanos de cómo ha ido todo. Desde la composición, ¿Son
recientes las canciones?, hasta la grabación ¿Qué tal han
funcionado las cosas con David y Ari (sección rítmica) y Abel
Hernández (Migala) en la producción?
Las canciones son de diversos momentos. '320' es la más vieja,
'Come Home' es la más reciente.
El trato con todos ha sido inmejorable. David era mi batería
favorito, le había visto tocando con A Room With A View y era
alucinante (bueno, A Room With A View ya lo son como grupo). Fue
una gran alegría cuando, tras oír la maqueta, aceptó unirse a
esto. Ahí seguimos, ensayando para dar conciertos. Con Abel fue
todo bien, dedicó casi tanto tiempo y esfuerzo como yo al disco.
Estuvo implicado desde el principio hasta el final.
-
Sin duda era Abel el mejor para realizar la producción,
¿verdad?
Por supuesto. Le respeto muchísimo, y no respeto a la gente
porque sí. A él tampoco le gustaba la idea de ser "productor", a
la gente hoy en día no le gusta que le "produzcan" de verdad, en
el verdadero sentido que tiene la labor. A mí menos, pero si
alguien puede opinar como deberíamos hacer esto o lo otro la
opinión de Abel tiene mucho valor para mí.
Hay que mencionar también a Coque porque nunca le nombro, y
también tiene mucho mérito y ha trabajado bastante en esto.
-
Ahora, después de dar el primer paso, ¿Cómo te planteas el
resto del camino? ¿Vais a realizar directos? ¿En principio son
David y Ari tu banda fija?
Como banda fija está David. Quisiera incorporar a más gente,
pero es complicado. Me planteo el futuro como una aplicación de
lo que he aprendido. Tengo muchísimas ganas, ideas y canciones
para volver a grabar. Estoy impaciente.
-
¿Cómo fue la experiencia de telonear a For Stars, Tristeza y
Migala? Considero a For Stars como una de las revelaciones de
los últimos años, ¿Qué te parecen?
Geniales como grupo y como personas. Totalmente de acuerdo
contigo en que son toda una revelación, hay que darle las
gracias a Jesús (Acuarela). Yo no los conocía hasta que vinieron
a España. El concierto de Madrid, en el que les teloneé, fue
alucinante.
-
Esperamos que todo te vaya fenomenalmente y que dentro de
algún tiempo podamos volver a charlar...
Gracias, un saludo.
Aroah y Greg Weeks
LOS HAIKUS AMERICANOS DE AROAH:`THE LAST LAUGH´
ACUARELA DISCOS
por
Fernando Navarro- IndyRock
Interesante giro estilístico en el habitual imaginario
sentimental y musical de Irene Tremblay (esconde este disco
pequeño, rincones, dobleces, sombras inesperadas que antes no
estaban en sus canciones) `The Last Laugh´ supone un importante
paso en la consolidación y la madurez de la propuesta de la
cantautora madrileña. Grabado íntegramente por músicos
norteamericanos y escrito en su totalidad en inglés (cuando en
el anterior, el también excelente `No Podemos Ser Amigos´ se
escondían algunas canciones en español) `The Last Laugh´ es algo
así como el disco country de Irene, una interesante muestra de
rock de raíces, folk acústico, intimista, cercano a la
abstracción del jazz vocal y la emotividad del blues. Es,
también, un disco dolido y arisco, triste y muy amargo,
ambientado en ciudades desoladas (Madrid, Vigo, Phildelphia),
sobre el rechazo y la belleza, sobre el tacto de la otra piel,
sobre la soledad y, finalmente, sobre la fe (la fe en el amor
que, al final, aparece con `Schooling´; al menos para el que
esto firma una canción optimista sobre la supervivencia, sobre
el renacer) asemejando las canciones desnudas, limpias, sinceras
y casi perfectas de Irene a haikus japoneses. Así, se esconden
en `The Last Laugh´ las hermosas tragedias de `An Orchid Is A
Flower That Thrives On Neglect´ o `Horoscope´, la enfermedad
electrificada `Sick In The Body, Sick In The Head´, la anárquica
deconstrucción de la valiente `Autobiographical Rhyming Song´ o
la contundente naturalidad de `The Lonely Drunk´ o `Not Amused´.
Como un artista de la miniatura, Irene ha encontrado la
espiritualidad, el misterio, en lo que dura un suspiro.
Fascinante y
tímida presencia
por
Paco Camero - IndyRock
1 de febrero de 2003 Sala Fun Club (Sevilla)
Organización: Green UFOs
En una sala apenas poblada por 50 personas (aunque
progresivamente fueron entrando más), el norteamericano Greg
Weeks, moderno personaje con aspecto desgarbado y frágil educado
en la vieja tradición de trovadores folk, comenzó a desgranar su
catálogo personal de canciones tocadas por la emoción. Sus
composiciones son íntimas y sencillas piezas a través de las que
Weeks expulsa sus demonios o comparte sus caricias. En esta
ocasión el músico desestimó cualquier acompañamiento
instrumental que no fuera su guitarra acústica y su buena voz.
"Slighty West" es su último trabajo y la excusa por la que se
presentó en Sevilla ante un público algo frío, quizá porque era
la primera ocasión que tenía noticias de él. Aunque el bueno de
Weeks se entregó en la interpretación y consiguió crear momentos
de verdadera fuerza emotiva, su actuación tuvo que soportar un
lastre, con el cual no siempre pudo cargar bien: el
planteamiento de la actuación, basado en subrayar el
recogimiento de unos temas armados mediante acordes de guitarra
muy sencillos, resultó parcialmente fallido, pues condujo con
frecuencia a una sensación de monotonía, que por otro lado es
difícil de evitar si las letras, en inglés, no se entienden o
sólo son captadas fragmentariamente, y, claro, precisamente en
la fuerza de las palabras y de lo que éstas cuentan y dibujan
reside al menos la mitad del peso de este género de canciones.
En cualquier caso, el concierto fue bonito y regaló buenos
momentos, uno de ellos, sin duda, "Unsettled (by the sun)",
precioso corte de su último EP.
El ambiente se volvió más animado y receptivo cuando Irene R.
Tremblay, Aroah, subió al escenario para dar los primeros pasos
de su recital en formato acústico, al igual que su antecesor en
el estrado, a solas con su guitarra. De entrada, había ya dos
cosas claras: que quienes acudieron al concierto lo hicieron
para verla a ella (algo lógico), y que Aroah es dueña de una
tremenda timidez, algo que en principio sorprende viniendo de
una persona que en sus textos habla con desarmante sinceridad de
traumas infantiles, de la primera vez que probó el whisky, de
esos momentos en que alguien se siente desvalido ante los demás
y estúpido consigo mismo. Aun así, esto no pasa de ser una
anécdota que llama la atención y hay que tener en cuenta que,
pese a que los críticos se han rendido a sus pies ante sus dos
trabajos en solitario, la jovencísima Irene no ha hecho más que
empezar, aunque, eso sí, soberbiamente. Pues bien, en su faceta
acústica, Aroah demostró un solvente manejo de la guitarra,
tocando a veces intrincados ritmos, y desde luego se mostró
siempre más dinámica que su compañero de cartel. "Happiness
avoids me", "Her iq#1", "Canción con idioma", "Whiskey"...
fueron sonando pulidas como piedras preciosas.
Más tarde dasarrolló su repertorio eléctrico, más contundente en
directo que en el disco, acompañada de un batería y un bajista.
"Tell Noah about the rain" es un buen ejemplo, incluso tocada
más rápidamente (y por tanto con menos sutileza) que en el
elepé, resultó maravillosa, con esa fuerza emotiva que te dice
que ésta es una música que vive su plenitud en el directo.
Además, por ser la última fecha de su gira nacional, Aroah
estuvo generosa: interpretó dos canciones nuevas, inéditas aún,
y una fantástica versión desenchufada de un tema de Lemonheads.
Tras retirarse por primera vez, volvió para tocar una "Myriam,
la primera" que ya se estaba echando en falta y que es capaz de
poner los vellos de punta. Y luego otra retirada, la definitiva.
A pesar de la timidez y de que casi no se atrevía a mirar al
público, la presencia de Aroah, sus honestas canciones, su voz
dulce y bellísima, tienen algo que sobrecoge, que fascina.



Fotos:
J. E. Gómez © IndyRock
Granada - Sala Planta Baja 24-11-01 +
Nacho
Vegas
Organiza: Musiserv
No es facil enfrentarse a una sala en solitario. Aroah, Irene
Rodríguez Tremblay, armada con una Gibson SG, ofrece una imagen
de timidez absoluta. Las notas de sus canciones crean la
atmósfera adecuada para que las miradas no puedan acudir a otro
lugar que no sea el escenario donde desgrana sus sentimientos
más intimistas. Ya no es una joven promesa, Aroah es parte de la
musica made in spain. Sus letras en inglés no necesitan
traducción, calan, llegan hasta el interior, apoyadas con una
guitarra, cadenciosa, triste a veces, sencilla.
En la gira de final de 2001, Aroah se une a Nacho Vegas, una
colaboración que ella no necesita. (
Juan Enrique Gómez -
IndyRock)
Aroah, Retsin, Labradford
11 de noviembre 2001 Gazteleku de Zarautzpor Diego Ruiz
de Gauna
No había pasado ni un día. Terminado el Tanned Tin, dos de los
grupos americanos que allí tocaron, comenzaron una gira por
nuestra geografía y yo, como buen groupie les seguí los pasos.
La primera parada era el Gazteleku de Zarautz, ciudad costera
más conocida por sus campeonatos de surf que por sus
conciertos. La sala, situada en la última planta de un
edificio juvenil es un pequeño espacio con vistas a un frontón
de pelota vasca. Esto puede ser un impedimento, ya que cada
vez que se abría la puerta de la sala, llegaba a nuestros
oídos el eco de la pelota botando contra la pared, algo que
aunque con encanto es bastante molesto.
Antes del concierto se podía ver a parte de los músicos y de la
organización jugando un partido a basket no sé si para eliminar
la tensión o para quemar las toxinas de las noches anteriores.
Irene Rodríguez Tremblay, o Aroah, es una jovencísima promesa.
Su timidez en los primeros compases no desprestigia su música
sino que acentúa su lado intimista y confesor. Aquí hay madera,
y de la buena, de roble, de las que cuanto más pasa el tiempo,
más fuerte y más sólida es. Influencias de prestigio cantadas
por una voz dulce, inocente, aunque sus palabras no lo sean
tanto. Vamos, que si pasas más de una hora escuchándola, te
enamoras de ella. Repasó su Ep debutante ("Recuerdos" para que
Retsin y Labradford oyeran algo en Español) y su Ep compartido
con Nacho Vegas. Canciones entre la confesión de Liz Phair y la
dulzura de Chan Marshall (Cat Power). Precioso. Y lo digo
mientras me atraviesa un escalofrío de pies a cabeza. ¿Será
amor?
Después salieron Retsin, con el mismo banjo desafinado del
Tanned Tin, pero con un humor mucho más lúdico. No en vano, la
presión era menor y Cynthia ya se había desahogado con la pelota
de basket. El mismo set, pero con una impresión diferente. Esta
vez, todo fue más intimista, más cercano, con más complicidad
con un público, que aunque escaso, abarrotaba la sala. Cynthia
no dudó con la armónica y Tara ya había aprendido algo de
español. Intercambio de guitarras y más historias cantadas.
Labradford volvieron a hacer de las suyas. Opiniones diversas en
el público, desde los impacientes que se largaron a los 10
minutos, hasta las caras de altos vuelos. Yo creo que el sitio
era el adecuado, y el ambiente el idóneo. Pero hay gente que no
les entiende. Los genios siempre han sido incomprendidos.
Pideron que se bajara la intensidad de las luces ante la
estupefacción del técnico de luces y de sonido. Sonrisas de
complicidad o de incomprensión entre el público. Y eso que esta
vez incluso hablaron entre ellos y hasta se despidieron con un
imperceptible Good night...Todo un hito viniendo de ellos, que
sólo juegan con las miradas y con la lentitud. Únicos. Así
da gusto pasar la tarde del domingo y renovar las energías para
afrontar la semana. Lástima que la puerta se abriera una y otra
vez.
NACHO VEGAS Y AROAH.
Por Fernando Navarro
Seis canciones del desde el norte. Acuarela Discos / Limbo Starr
Segunda contribución en menos de treinta días a ese concepto tan
curioso que es la canción norteña (diferenciada del resto en sus
matices emocionales y en su justa ornamentación), "Seis
canciones desde el norte" reúne a dos figuras que estaban
destinadas a encontrarse, Nacho Vegas y Aroah. Surgidos ambos de
extraños mundos musicales (en el primer caso el universo oscuro
de Manta Ray y por cierto complejo autodidacta a lo Holden
Caulfield) Vegas y Aroah (alias de la madrileña más bien menuda
Irene Rodríguez Tremblay) tienen en común una vocación
literaria, apoyada en un cierto intimismo, casi de cantautor
(concepto siempre peyorativo en este país que gracias a discos
de cómo éste toma un nuevo significado) con unos recursos
vocales a veces extraños y casi siempre hermosos. El EP se abre
con "Las manos dentro del agua" un hermosísimo tema de Vegas,
con un texto emocionante, conmovedor y nostálgico, como el de
"Noches de verano en la casa gris", que sirve para cerrar el
disco, ambas canciones sobre pasados más o menos felices que se
han alejado. En medio encontramos un disco pequeñito compuesto
de tres estupendas canciones de Aroah, (el conmovedor "Our
Walk", "From The Butler Institute of American Art", donde Irene
demuestra sus capacidades vocales y la breve, hermosísima
"Finally (if I´d Only known)", con la slide de Vegas como
protagonista) y un tema más de Nacho, "Baby Cat Face", una
obsesiva canción lynchiana, sucia y polvorienta, paradójicamente
sureña en esta obra de baladas norteñas.
La pérdida de la inocencia
Entrevista por
Fernando Navarro - IndyRock
Sept. 2002 - Aroah no puede mantener oculta la
creación. Vuelve a los escenarios con un nuevo disco, "No
podemos ser amigos". Atmosferas intimistas, narraciones
cantadas. La pérdida de la inocencia
1- `No podemos ser Amigos´ empieza con una postal
nostálgica sobre la infancia y termina en un bar, entre
whiskey y soledad, ¿es de alguna manera todo el disco un
recorrido desde la inocencia hasta la pérdida de ésta?
El orden de las canciones lo elegimos al terminar la grabación.
Si la progresión entre canciones resulta coherente es porque lo
sentimos así Frank y yo al elegir el orden. Sentimos que era el
orden natural de las canciones, y aunque lo pensamos a la hora
de elegirlo, no tuvimos dudas a la hora de decidir que esa era
la progresión más lógica. No creo que "Myriam, la primera" sea
una canción inocente, se ríe un poco de la credulidad de una
niña, igual que "Whiskey" ironiza sobre la credulidad de un
adulto. "Whiskey" es, principal pero no exclusivamente, una
canción sobre un plantón. Pero no hay ningún desengaño, ni
pérdida de inocencia, solo tristeza. De hecho al final de la
canción, el protagonista sigue esperando, aunque no quiere
creerlo. Hay mucho "te espero"/"no te espero", "te creo"/"no te
creo" en las letras, pero no hay una progresión ni
alternancias... solo contrastes.
2- A pesar del contenido
abiertamente melancólico del disco hay lugar para el
optimismo y para canciones luminosas, ¿te sientes más cómoda
en terrenos emocionalmente frágiles? ¿Cómo abordaste la
composición y, sobre todo, la lección de las canciones
del disco?
Es difícil escribir canciones felices que sean realmente buenas.
Solo hay que comparar "Feeling Groovy" de Simon & Garfunkel
con "It won't be long" de los Beatles para darse cuenta de lo
complicado que es.Una de mis canciones favoritas es "I can't
stop smiling" de Velocity Girl, cuando la oigo no sé si reir o
llorar. Me gustaría componer algo así de bueno. No veo
fragilidad en mis letras, quizás la haya en las melodías porque
me gustan la música sutil. Pero en las letras hay mucha
determinación. Que una canción sea triste no convierte al
personaje en un ser resignado y débil. No creo que sensibilidad
sea sinónimo de fragilidad. Sentir las cosas no quiere decir que
te doblen. Cada canción tiene su historia sobre cuándo y cómo la
compuse. Tenía muchas canciones en la época en la que estábamos
grabando, y elegí grabar estas catorce pensando que solo
entrarían doce. Pero cuando terminamos no creí que sobrara
ninguna así que entraron todas. Así que la verdadera selección
fue el proceso natural de olvidar las canciones que compones
pero no tienes ganas de tocar.
3-
Hay una gran diferencia en las canciones escritas en
español y en todo el resto. Las primeras son las más tristes,
las más desangeladas, las que producen una sensación más
inquietante; las segundas son algo más llevaderas, con
espacios luminosos (como ya he comentado) y parajes más
evocadores. ¿Cómo afrontas ese cambio de idioma? ¿Supone un
problema?
Hablo español e inglés igual, hasta el punto de no darme cuenta
a veces de en que idioma estoy hablando, cantando, escuchando...
Si no me fijo, ni me entero. Es una casualidad que en este disco
las canciones en español sean más inquietantes, en "Cuando
termines con todo, habrá terminado contigo" pasa lo contrario
("Recuerdos" es la más alegre). De todos modos la mayoría de las
letras las escribo en inglés, hace poco que escribo en
castellano y no me resulta tan fácil. Pero sí estoy contenta con
los resultados. Seguiré componiendo en los dos idiomas mientras
escriba letras.
4- Pocas veces he visto como en `No podemos ser amigos´
una identificación tan cristalina entre autor y narrador; el
uso de la primera persona, la desnudez de las canciones, la
fragilidad de las emociones, la tristeza, todo parece salido
de tu propia experiencia, de tu dolor, como si no quedara nada
para la imaginación, como si cada estrofa hubiera sido vivida.
Supongo que es una pregunta personal pero, ¿hasta que punto es
así? ¿Son las canciones del disco recuerdos y vivencias o hay
algo de invención en todo esto? ¿Te molesta que te lo
pregunte?
Si es así, disculpa.
Obviamente represento mis ideas sobre la vida y las personas, y
utilizo aspectos y detalles de mi vida cotidiana. Pero hay un
punto de dramatización. Si me pongo un poco intelectualoide
podría decir que recompongo, en lugar de componer. La
experiencia es como una deconstrucción y selección de la
realidad, y con esos trozos de experiencia (de lo que siento,
pienso y veo) recompongo canciones. Así que diría que sí, que
las cancioes tienen relación con mi vida, pero no es una
relación absoluta. 5- `No podemos ser amigos ´ ha sido
grabado en Gijón, con amigos de Migala, Manta Ray o Nacho Vegas
durante bastantes meses, ¿cómo ha sido la grabación? ¿cómo
es la colaboración con todos estos músicos? La
colaboración con Frank Rudow ha sido muy constante, las
aportaciones de los demás fueron más esporádicas y "a ciegas".
Todos tenían mucha libertad creativa, se trataba de que cada uno
aportara su visión a las canciones. La de Abel fue más
controlada de lo que me hubiera gustado, por circunstancias del
espacio-tiempo.
Aroah, "No podemos ser amigos" Acuarela,
2002
www.acuareladiscos.com
Por
Paco Camero-Indyrock 
Tras su
loado EP "Cuando termines con todo, habrá terminado contigo" y
después de su split (sofisticadilla manera de denominar un disco
a medias) con el ex Manta Ray Nacho Vegas en "Seis canciones
desde el Norte", Irene R. Tremblay, Aroah musicalmente, publica
ahora su primer disco, "No podemos ser amigos". Folk intimista,
casi de cámara, 'de dormitorio', son los calificativos que
algunos han dedicado a la música de esta joven de 22 años
(aunque a ella la última etiqueta no acaba de gustarle). Lo
cierto es que su querencia por el folk, por la tradición
(norte)americana en conjunto -heredada de su madre, que es de
allí-, es irrebatible. Aunque también hay en su obra destellos
de pop, impulsos eléctricos y una suerte de voluntad de catarsis
personal a través de su arma más poderosa: la sinceridad, a
veces teñida de candidez infantil ("Myriam, la primera", cuya
letra es contundentemente minimalista), a veces envuelta en
palabras como dardos. Casi es imposible no hacer refrencia a las
influencias: Catpower, el inevitable Will Oldham, algo de Joni
Mitchell, otro poco de Tara Jean O'Neil... Pero siempre sobrada
de personalidad, con autonomía y valentía creadora. En el disco
Aroah se ha rodeado de una parte significativa del 'indie'
patrio, a saber: Frank Rudow, Nacho Vegas (que canta en "Canción
con idioma"), Abel Hernández de Migala ("Whiskey"), Jairo Moreno
e Iker González. 10 temas en inglés (los más afilados
letrísticamente), 3 en español (supuestamente más inocentes) y
uno instrumental para el debut en largo de Aroah, que conquista
eléctrica y acústicamente (con baterías que recrean sedosas
atmósferas), pero siempre, siempre de una forma delicada, muy
bonita.
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